Una de las mayores preocupaciones al viajar es el dinero. ¿Cómo puedo hacer para viajar sola durante un buen tiempo y poder financiarme en la ruta? ¿Es posible trabajar mientras viajo? ¿Hay alojamiento gratuito o programas para intercambiar trabajo por estadía? Camila Tisinovich te da algunos consejos en este post basados en su propia experiencia viajando sola con poco presupuesto.
¿Es posible viajar sola con poco dinero? Ya les digo que sí. Yo soy de Buenos Aires, una ciudad argentina en la que parece que ser mujer y tener poco dinero son los dos peligros más grandes que existen. Rompiendo ese esquema, que por muchos años vivió dentro de mi también, me animé a salir de viaje con lo que tenía puesto y hoy les cuento cómo hago para vivir viajando.
Sin planes y sin límites
Mi viaje tuvo fecha de comienzo pero, al menos por ahora, no tiene fecha de finalización. Cuando salí de mi casa a viajar por Latinoamérica no tenía planes ni itinerarios a seguir, fui armando mi ruta en base a lo que fue surgiendo a cada paso.
Lo único que tenía en ese entonces era una mochila cargada de ropa que creía necesaria, ganas de recorrer el mundo y muy poco dinero. Salí a la ruta con $2000 argentinos (ahora 50 USD, en ese momento serían unos 100 dólares). Hacía un año que planeaba este viaje y siempre pensaba ahorrar para eso, pero distintas circunstancias me impidieron hacerlo y cuando llegó la fecha de partida me fui igual. Realmente el viaje era mi mayor sueño y no podía permitir que tener poco dinero fuera un obstáculo para vivirlo, y no me arrepiento. Haberme ido me abrió un mundo de posibilidades porque tuve que ingeniármelas para viajar de todos modos.
Haciendo voluntariados
Por empezar, para hospedarme, en vez de pagar alojamiento hice voluntariados en hostels. ¿Qué significa eso? Que trabajé en ellos sin recibir un salario a cambio, pero me pagaron con algo mucho mejor: una cama para dormir, desayunos y a veces comidas.
Así que gran parte de este año intercambié mis habilidades y mis horas de trabajo por estadía. Fui recepcionista durante el día o la noche, cocinera, encargada de compras, bartender y hasta personal de mantenimiento. Sí, leyeron bien. En uno de los hostels donde viví me encargué de pintar paredes y armar la cubierta de una pileta (piscina). No hay límites ni estereotipos de género que puedan impedirme vivir mi sueño.
Usando Couchsurfing
Otra alternativa que me resulta muy útil para gastar poco dinero es una aplicación llamada Couchsurfing. Se trata de una plataforma para que viajeros puedan hospedarse en casas de personas o familias sin pagar alojamiento. En este año me hospedé en siete casas distinas y todos mis anfitriones fueron hombres. Las experiencias que viví con ellos me favorecieron en lo económico y también me enriquecieron a nivel personal.
Si le hubiera hecho caso a lo que la sociedad me dice, no me hubiera hospedado en sus casas por miedo o prejuicio a que alguno pueda pasarse conmigo por ser mujer. Y, por el contrario, con cada hombre con el que me hospedé se creó un vínculo de compañerismo y amistad por el que estoy profundamente agradecida.
Todos se preocuparon por mí, me hicieron lugar en sus casas, me respetaron y me hicieron sentir siempre segura. Me acompañaron en mi viaje, algunos llevándome a conocer su ciudad, otros escuchando mis historias o contándome las suyas o simplemente haciéndome un espacio en su vida los días que viví allí. Siempre tuve en mi cabeza la idea de que en todos lados hay personas de enorme corazón, dispuestas a brindarte su tiempo y lo mejor de sí mismas, así como también hay personas de las que nos conviene alejarnos.
Por mi parte, cuando alguien me provoca una sensación extraña, no me hace sentir del todo segura o me da desconfianza sigo mi camino evitando acercarme. No por tener poco dinero voy a vivir situaciones que me provoquen incomodidad o me voy a quedar en casa de personas que no tengan buenas referencias o me demuestren una actitud que no me gusta. Yo soy la que decide dónde y cerca de quién dormir.
Haciendo dedo
Otra de mis opciones para viajar sola con poco dinero es evitar pagar transporte. Para moverme de un lugar a otro salgo a la ruta a hacer dedo. Sí, soy mujer y hago dedo. Todas mis experiencias viajando de esta manera fueron más que positivas. Viajé en autos de hombres, de mujeres y de familias, y todas esas personas me ayudaron a seguir moviéndome por varios lugares y a llegar bien a ellos.
Personalmente, aprendí así que no es malo confiar en desconocidos, pero que primero hay que aprender a confiar en nuestra intuición y en nuestro poder. Si sales a la ruta a hacer dedo tienes que salir segura de ti misma y de la situación.
Son muchísimas las personas que van a trabajar a diario de este modo y muchos los viajeros que nos movemos así por el mundo, sabiendo que alguien va a sentirse dichoso por acercarnos a nuestro próximo destino.
Desafiándome a mí misma y venciendo miedos
Me permito decir que estoy orgullosa de haber logrado viajar durante un año con poco dinero, desafiándome a mí misma a cada momento. Muchas personas me dijeron que no iba a poder hacerlo sin plata (dinero) y que era peligroso que viaje sola siendo mujer. Yo hice mi propia experiencia y puedo decir que no es así. Creo que todas las personas seamos mujeres u hombres podemos sufrir los mismos riesgos y no por eso tenemos que quedarnos encerrados por temor a vivir.
Viajo gastando lo menos posible, vendiendo artesanías para poder comprarme comida, durmiendo en habitaciones compartidas con hombres y mujeres, viajando en autos de personas que conozco cuando frenan para que me suba con ellas, viviendo en casa de gente que contacto mediante una aplicación y no pasé ninguna dificultad por hacerlo.
El dinero no me limita para moverme por Latinoamérica porque soy yo la que se mueve para seguir mis sueños. Ni los billetes que tenga en el bolsillo de la mochila ni el miedo que quieren inculcarme desde chica por ser mujer van a hacerme sentir que no estoy a la altura de recorrer el mundo como yo quiero.
Camila Tisinovich
Soy Camila, credora del blog Partículas de un viaje. Tengo 26 años y viajo sola desde principios del 2018. Desde entonces, vivo un tiempo en cada lugar por el que paso y luego, me muevo a otro. Por eso me considero más que una viajera, una mujer nómada en busca de nuevas experiencias.
Contenido relacionado para seguir viajando sola:
¡Qué padre que has logrado tanto con tan poco!
Lamentablemente, no he he animado a hacer algo así, pero me inspiras 🙂
¡Hola Liz! Ya sabes,te animamos a que lo hagas 🙂
Hola Camila:
Tengo 54 años, soy argentina y vivo en España, eso que tu haces es exactamente lo que quiero hacer, casi no tengo dinero, pero sí, mucho miedo, por ahora estoy informándome y sé que lo terminaré haciendo, aunque me gustaría hacerlo en compañía y disfrutar de la naturaleza. Chausito.
Hola Andrea! Gracias por compartir con nosotras tu situación! El miedo es normal, todas lo tuvimos antes de empezar y sigue apareciendo cada tanto. Lo importante es saber que nos va a acompañar en el camino y que nosotras somos más fuertes que él para seguir por lo que queremos. Hay muchas aplicaciones y plataformas confiables donde podés inscribirte como voluntaria. Te dejo mi instagram así seguimos en contacto https://www.instagram.com/camitisi
Saludos viajeros!
Cami de Partículas de un viaje?
Hola Andrea, soy María Eugenia, tengo 58 años y me encantaría atreverme a hacer lo mismo, pero definitivamente el miedo nos paraliza!!!!
Yo hice igual salí de mi país sin dinero . Solo con sueños tendo 54 años . Me atrevería hacerlo de nuevo . Muchas experiencias .
Hola Camila, he viajado sola aquí mismo dentro de mi país (Colombia) y sin miedos
Toda mi admiración y respeto a las personas que se animan a viajar así, solas, sin mucho dinero, y a experimentar. Un abrazo a todas ellas!!!
Hola Marcela,
Gracias por pasarte por aquí y a ver si te animas a viajar así 🙂
Saludos.