Es el pueblo donde comienza la Costa Brava y uno de los que más me sorprendió al recorrer los Caminos de Ronda de la provincia de Girona. Hoy te hablo de 5 cosas que ver en Blanes, uno de los destinos más turísticos de la costa catalana y el cual no te puedes perder al conocer este rinconcito del Mediterráneo.
Blanes fue el punto de partida de una de mis rutas de senderismo por la costa gerundense. Llegué hasta allí en tren desde Barcelona y, tras visitar sus calles, comencé a caminar por los bonitos paisajes que lo rodean. En mi caso lo visité en invierno, una época muy tranquila porque no hay demasiado turismo, pero es en el verano cuando disfrutar de la localidad en todo su esplendor. Sea cual sea la época en que la visites, ¡disfruta!
Qué ver en Blanes y alrededores
Blanes es una localidad costera y eso la hace muy atractiva para los turistas, sobre todo en la época estival. No faltan las playas y calas, pero tampoco los monumentos y ese paisaje de acantilados y bosque mediterráneo tan típicos de la Costa Brava.
Sa Palomera y casco histórico de Blanes
Un buen lugar para comenzar una ruta por Blanes es Sa Palomera. Se trata de una gran roca que divide la bahía en dos, separando la playa de Blanes y la playa de S’Abanell. Se considera que marca el inicio de la Costa Brava y está simbolizado con una escultura metálica a modo de puerta que da la bienvenida.
Detrás de esa puerta simbólica se puede acceder a la roca, subiendo hasta su parte más alta. Allí hay un mirador desde el que contemplar el mar Mediterráneo en todo su esplendor además de las vistas de la localidad de Blanes y su paseo marítimo, que se extiende frente a las playas bajo la mirada del Castillo de Sant Joan en lo alto de un cerro.
Tras visitar la roca, no dejes de adentrarte en el centro histórico de Blanes. Éste se organiza en torno a la iglesia de Santa María de Blanes, construida en el siglo XIV gracias al mecenazgo de los vizcondes de Cabrera. Junto a ella se pueden ver los restos del palacio de la familia, destruido en un incendio junto a gran parte de la iglesia, que era uno de los mejores ejemplos del estilo gótico de la zona. Al menos sobrevivió la fachada, que por suerte no se derribó.
También de la época es la fuente gótica de Blanes, que adorna el carrer Ample, una de las calles comerciales de la localidad. Las calles del centro están muy animadas por los comercios y encontrarás algunos restaurantes, aunque donde más hay es en la primera línea de mar.
Castillo de Sant Joan
El castillo en lo alto del cerro es el Castillo de Sant Joan y es uno de los principales monumentos que conocer en Blanes. Se alza sobre la localidad a unos 180 metros de altura, habiendo sido un lugar estratégico a lo largo de la historia ya desde la época íbera.
Se tiene constancia de la existencia del actual castillo desde el año 1002. Durante la Edad Media perteneció a los vizcondes de Cabrera y formó parte de una línea defensiva de castillos al norte de la Ciudad Condal (Barcelona). Hoy en día se pueden ver aún su torre y su ermita, aunque lo mejor del castillo son sus preciosas vistas sobre Blanes y toda la costa.
Ermita y Cala Sant Francesc
Del otro lado del castillo la Costa Brava continúa y podrás comenzar a ver algunos de sus bonitos paisajes y calas. Una de ellas es la Cala de Sant Francesc, también conocida como Cala Bona porque al estar protegida por rocas en ambos lados es ideal para el baño. Junto a la cala, la ermita de Sant Francesc, que le da su nombre. Se construyó en el año 1681 y la reconocerás por su color blanco que destaca sobre el verdor de los pinos que la rodean. Podrás llegar caminando por el Camino de Ronda (más abajo te cuento qué es).
Jardines botánicos de Blanes
Además de calas y monumentos, en Blanes también hay dos cuidados jardines que seguro te apetecerá visitar. Uno de ellos es el Jardín Botánico Marimurtra, situado a los pies del Castillo de Sant Joan. Fue creado por Karl Faust, un alemán apasionado de la ciencia que encontró en este rincón del Mediterráneo un lugar único para convertir su sueño en realidad. Allí encontrarás más de 4.000 especies de plantas de todo el mundo con unas vistas fabulosas al mar y la cala Forcanera.
Algo más retirado, pero no por ello menos interesante, es el Jardín Tropical Pinya de Rosa. En él encontrarás más de 7.000 especies diferentes de cactus, siendo una de las poblaciones más extensas de estas plantas en toda Europa. En este caso el creador fue un barcelonés de ascendencia francesa, Ferran Rivière de Caralt, quien se encaprichó de este lugar en unas vacaciones en Blanes en la década de 1940.
Camino de Ronda de Blanes
Por último, otra de las cosas más interesantes que hacer en Blanes es el Camino de Ronda. Los Caminos de Ronda eran utilizados en el pasado para vigilar la costa y recorren muchos kilómetros del litoral catalán junto a los pueblos. Hoy en día se han convertido en todo un reclamo turístico, pues son bonitos paseos junto al mar y los acantilados.
En Blanes se pude recorrer el Camino de Ronda desde Sa Palomera, siguiendo por la playa de Blanes, subiendo al Jardín Botánico de Marimurtra y llegando hasta la Cala de Sant Francesc. Además, enlaza con el sendero GR-92, que recorre toda la costa mediterránea española hasta la frontera con Francia. Ésta fue la ruta que yo seguí cuando visité la zona y llegué hasta Lloret de Mar disfrutando de los bonitos paisajes que se pueden ver en su recorrido.
Para más información, te hablo de los Caminos de Ronda que he realizado en otro post.
Cómo llegar a Blanes
Blanes es una localidad perteneciente a la provincia de Girona, en Cataluña, y se sitúa al sur de la misma. Bañada por las aguas del mar Mediterráneo, es conocida como el portal de la Costa Brava, pues allí comienza esta conocida zona marítima y turística. Se ubica a algo menos de 50 kilómetros de la ciudad de Girona y a unos 70 kilómetros al norte de Barcelona, por lo que es un destino perfecto para visitarlo desde cualquiera de las dos capitales provinciales.
Yo visité Blanes durante una escapada de un par de días a la Costa Brava. Estuve recorriendo los Caminos de Ronda entre Blanes y Tossa de Mar, por lo que me moví a pie entre las localidades vecinas. Ahora bien, para llegar hasta ella hay medios de transporte más rápidos y cómodos si no te gusta caminar.
Si viajas en tu propio vehículo, puedes llegar a Blanes desde Barcelona siguiendo las carreteras de peaje C-32 o AP-7. Mientras, si viajas desde Girona puedes seguir la A-2.
Para moverte en transporte público tienes la opción de viajar en tren. Por una parte puedes llegar a Blanes en tren con Rodalíes de Renfe desde Barcelona. La línea es la R1 y recorre todo el Maresme pegada al mar en una hora y media aproximadamente (hace paradas en los pueblos). Podrás tomarlo en Sants, Plaza Cataluña, el Arco del Triunfo o El Clot. Por otra, desde Girona puedes tomar un tren regional hacia Barcelona y bajarte en Maçanet-Massanes, donde tomar el R1 de Rodalíes en dirección sur hasta Blanes.
Una última opción sería el autobús. La empresa Sagalés tiene recorridos por las provincias de Girona y Barcelona para que puedas llegar desde las dos capitales y otros municipios hasta Blanes. Desde Barcelona puedes tomar la línea 603, con parada en el aeropuerto del Prat y varias paradas en Barcelona (como la Ronda Sant Pere, junto al metro Urquinaona, en el centro). Esta línea llega hasta Girona, así que también lo puedes tomar desde allí para ir a Blanes, así como el 601. Ambos salen desde la estación de autobuses de Girona.
Si quieres saber cómo llegar a estas dos ciudades, no te pierdas los posts sobre viajar sola a Barcelona y viajar sola a Girona.
Ya ves que hay varias cosas que ver en Blanes y alrededores por las que merece la pena visitar esta localidad de la provincia de Girona. Como es muy turística yo siempre había pensado que no tendría mucho y al conocerla me sorprendió, sobre todo por lo bonito de su paisaje y sus vistas al mar. ¡Seguro que a ti también te gustará!
Este post forma parte de la guía para viajar sola por España
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