Qué ver en la provincia de León: viaje de 4 días en solitario

Sabero fue uno de los centros mineros más importantes de la provincia de León. Con varias minas en su entorno, se creó toda una comunidad para albergar a los numerosos mineros que acudieron a trabajar allí, creándose barrios enteros de casas, con escuelas, casino, médico, etc. Aunque ya se hayan cerrado las minas, este patrimonio aún existe y pasear por sus calles es de lo más agradable. Sus casas están decoradas con flores, y sus puertas y ventanas, pintadas de verde.

También se conserva el edificio principal de la Ferrería de San Blas, que fue la primera siderurgia en España y cuya tecnología era puntera en la época (1846). Este lugar alberga hoy día el Museo de la Siderurgia y la Minería de Castilla y León y es muy interesante visitarlo. Podrás conocer toda la historia de la siderurgia y cómo se creó esta industria en Sabero, además de ver la recreación de las máquinas y su proceso de producción. La entrada cuesta 2 euros.

Más allá de este patrimonio, en los alrededores de Sabero hay muchas rutas senderistas que se adentran en las montañas que rodean al pueblo. Podrás llegar a miradores, al antiguo castillo de Aguilar o a la entrada de algunas de las minas de la zona. Hay también una vía ferrata con el puente tibetano más largo de España.

A pocos kilómetros de Sabero se encuentra Cistierna, lugar que cobró importancia también en la época de la minería gracias al ferrocarril. Allí se instaló una de las estaciones más importantes del Tren Hullero de La Robla, dando salida al carbón hacia las industrias del norte de España.

Para rendir homenaje a esa historia ferroviaria, se ha creado en la localidad el Museo del Ferroviario. Este espacio recoge numerosos objetos utilizados en el pasado por el personal que trabajaba en la estación y los trenes, como billetes, uniformes, asientos, sistemas de comunicación e incluso la famosa olla ferroviaria, inventada para calentar la comida con el vapor de los trenes.

Por último, en esta seguna jornada de viaje pude también conocer Riaño. La historia de Riaño es bastante conocida, ya que es uno de los pueblos que desaparecieron bajo las aguas del embalse construido en la década de los 80. Tras la expropiación de las casas de los vecinos y la inundación de la zona, se construyó un nuevo Riaño, que es el pueblo que se puede visitar hoy en día.

Allí se ubica el Museo Etnográfico de Riaño. En él se recogen numerosos objetos que recrean cómo era la vida antiguamente en el valle, con sus oficios y costumbres. Además, es el lugar en el que se mantiene viva la historia del viejo Riaño, ya que, entre otras cosas, podrás encontrar fotografías de todas las casas que había en el pueblo con los nombres de sus propietarios.

Hoy en día Riaño se está reponiendo de ese golpe gracias al turismo. Se puede pasear en barco por el embalse, existen numerosas rutas de senderismo en los alrededores y se han creado nuevos atractivos turísticos, como el banco más bonito de León o el columpio, con espectaculares vistas al embalse y las montañas.

La primera parada de este tercer día en León fue Hospital de Órbigo. Se trata de uno de los pueblos más memorables del Camino de Santiago, ya que se cruza por el puente medieval del Paso Honroso, uno de los más largos del itinerario.

El nombre del puente hace mención a las justas medievales que propuso el caballero Suero de Quiñones para conquistar a su amada. En ese escenario desafió a numerosos caballeros y hoy en día se ha recuperado la fiesta rememorando aquellos torneos.

Además, Hospital de Órbigo cuenta con numerosos albergues para dar cobijo a los peregrinos. Cuando pasé por allí haciendo el Camino no me quedé a dormir, pero en esta ocasión pude conocer uno de ellos muy curioso. Se trata del Albergue San Miguel, que se ha convertido en un auténtico museo, ya que los peregrinos que allí se hospedan pintan cuadros sobre sus experiencias en el Camino que después adornan las paredes del alojamiento.

Otro lugar importante a conocer en la ruta del Camino Francés en León es Astorga. Desde que fuera la Asturica Augusta romana, en sus calles hay un gran legado histórico hasta la actualidad.

Uno de sus emblemas es el Palacio Episcopal, ideado por Gaudí. Junto a él, la Catedral con su mezcla de estilos arquitectónicos. En el Ayuntamiento verás a dos maragatos tocando las horas, y en varios rincones, sus murales de arte urbano recreando escenas importantes de la historia de Astorga. Y todo ello (y mucho más), rodeado de murallas y salpicado de restos romanos.

Para que no te pierdas nada, te invito a leer mi post con todo lo que ver en Astorga

Astorga es la puerta de entrada a la Maragatería y muy cerca de allí podrás encontrar uno de los pueblos más auténticos de la comarca. Castrillo de los Polvazares es un pequeño pueblo que parece haberse detenido en el tiempo. Con sus casitas de piedra decoradas con flores y con sus puertas y ventanas de colores, ostenta el título de ser uno de los Pueblos más bonitos de España.

Además de darte un paseo por sus empedradas callejuelas (no puedes meter el coche, por cierto), puedes aprovechar para comer allí. ¿Y qué es típico? ¡El cocido maragato! Yo lo probé en Casa Juan Andrés y estaba riquísimo.

Y para terminar la ruta por la Maragatería siguiendo el Camino Francés, no puede faltar uno de los hitos más importantes en la peregrinación. La Cruz de Fierro o Ferro es un monumento situado en el término municipal de Foncebadón y marca el punto más alto del Camino de Santiago en León.

Una de las razones por las que es tan simbólico este lugar, es porque muchos peregrinos cargan una piedra en su mochila hasta llegar aquí. Es un símbolo de la carga que se lleva al hacer la peregrinación, y por ello la cruz se encuentra rodeada de piedras.

Nada más entrar al Bierzo te encontrarás con otro de los Pueblos más bonitos de España. Molinaseca destaca por situarse junto al río Meruelo, salvado por un puente medieval que, junto al desarrollo del Camino de Santiago, dio origen al pueblo.

La vista del puente, la iglesia y el entorno es muy bonita, y merece la pena adentrarse entre sus callejuelas, hoy llenas de albergues, bares y pequeñas tiendas. No te pierdas sus balcones de madera adornados con flores y los palacios camuflados entre las casitas de piedra.

Ponferrada es la capital del Bierzo y merece la pena detenerse a recorrer su pequeño casco histórico. La ciudad es un buen lugar donde alojarte para recorrer la zona, y así lo hice yo en Azotea Suites.

Por supuesto, no puedes perderte el Castillo de los Templarios, uno de los más grandes de España y con mucha historia entre sus muros. También debes conocer a la Virgen de la Encina, su patrona, y recorrer la calle del Reloj, parando en el Museo del Bierzo, hasta la Plaza del Ayuntamiento.

Si deseas conocer más sobre la ciudad, puedes leer en detalle sobre sus puntos de interés en mi artículo sobre qué ver en Ponferrada

Otro lugar importante que conocer en el Bierzo es Villafranca. Aunque hubo asentamientos anteriores, su desarrollo vino también propiciado por el Camino de Santiago. Gracias a su ubicación y a ser lugar de descanso de los peregrinos, la ciudad fue floreciendo en época medieval, de la que se conservan numerosas iglesias y palacios.

Como curiosidad, Villafranca es conocida como la Pequeña Compostela, y es que su iglesia románica de Santiago cuenta con una Puerta del Perdón, que se abre en año Santo para perdonar los pecados a los peregrinos que no puedan llegar hasta Santiago de Compostela por motivos de salud.

Desde el Castillo de los Marqueses de Villafranca, la ruta baja hasta el puente medieval por la Calle del Agua. Es la calle principal, repleta de antiguas casonas y palacios (muchos de ellos abandonados, por desgracia), y allí se esconde el taller del escultor Arturo Nogueira, a quien si pillas trabajando puede que te enseñe su colección. ¡Merece la pena!