Qué ver en Lisboa en 3 días: guía para una escapada

Uno de mis países preferidos es Portugal y es una suerte que lo tengamos tan cerquita. Ya he hecho varios viajes por el país y hoy te voy a hablar de uno de los últimos lugares que he visitado, ya por tercera vez. Te cuento qué ver en Lisboa en 3 días, una ciudad que lo tiene todo para disfrutar de un viaje perfecto.

La capital portuguesa es una de las ciudades que más me gustan. Tiene algo, un encanto especial, ese ‘no sé qué’ de las ciudades repletas de historia y rincones preciosos por descubrir y en los que perderse. Sus monumentos, su oferta cultural y de ocio, su gastronomía, sus alrededores… todo merece la pena visitarlo, saborearlo y disfrutarlo en una escapada a Lisboa.

Yo en la plaza del Comercio.
Te cuento qué hacer en Lisboa en tres días para que disfrutes de una escapada perfecta

La primera vez que visité Lisboa fue con una amiga, la segunda, en familia, y esta tercera, en 2022, en solitario. Es una capital a la que siempre apetece volver porque nunca te aburres y siempre hay algo nuevo por conocer. En esta última ocasión, me pareció el lugar perfecto para celebrar mi cumpleaños y continuar con mi tradición cumple-viajera, así que además de visitar sus lugares más icónicos, tuve tiempo también para conocer otros lugares menos famosos y salir de fiesta a celebrar.

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Qué ver en Lisboa en 3 días

Lisboa es una capital fascinante y seguramente es un lugar al que en algún momento vayas a volver. Entre sus colinas, cuestas y callejuelas empedradas hay muchísimos monumentos, legados históricos y rincones bonitos que fotografiar, así que es muy difícil abarcar todo en un solo viaje.

A continuación te reseño cuáles son los principales lugares que visitar en Lisboa durante una escapada, mezclando los monumentos icónicos y que no te puedes perder por nada del mundo con otros lugares menos famosos. Así te llevarás una buena idea de lo que es la capital de Portugal y te irás con ganas de volver a seguir descubriendo sus secretos.

Qué hacer en Lisboa en 3 días – día 1: Rossio, Graça, Alfama y Baixa

Te propongo comenzar este primer día en Lisboa haciendo un recorrido por algunos de sus barrios más famosos y céntricos. Rossio y Baixa constituyen la parte baja del centro histórico, mientras Graça y Alfama son conocidas por sus miradores. En conjunto toda esta zona es una de las más turísticas de Lisboa, así que seguramente tengas que tener algo de paciencia para aguantar las colas que se forman.

Rossio

Un buen punto de partida para cualquier viaje a Lisboa es Rossio. La plaza de Rossio es algo así como el corazón de la ciudad, su centro neurálgico. En ella encontrarás algunos monumentos, como la estatua del rey Dom Pedro IV, fuentes y muchas cafeterías y comercios. El edificio que más destaca es el Teatro Nacional Doña María II, aunque si caminas unos metros por la calle al costado izquierdo del edificio te encontrarás con la estación de tren de Rossio, que posee una de las fachadas más bonitas de la ciudad.

Plaza de Rossio con su monumento central y el teatro al fondo
La plaza de Rossio es el centro neurálgico de Lisboa

Tranvía 28

A pocos minutos caminando de Rossio tienes la plaza de Martim Moniz. Está también siempre muy animada y allí podrás tomar el tranvía 28. Se trata de la línea de tranvía más emblemática de Lisboa, pues sus trenes son de los antiguos, los amarillos de madera que has visto mil veces en fotos.

Este tranvía recorre algunos de los lugares más emblemáticos de los barrios de Graça y Alfama y es una divertida manera de subir a las colinas. Para utilizarlo, puedes pasar tanto la tarjeta de transporte (1,5€) como la Lisboa Card (incluido). También puedes pagar en efectivo, pero te saldrá más caro (3€).

Eso sí, siempre suele haber bastante cola para tomarlo, así que mi consejo es que intentes hacerlo a primera hora de la mañana. Como alternativa, si ves que hay mucha cola también puedes tomar el autobús 737 para subir a Alfama, que normalmente no va tan lleno y hace el mismo recorrido. Te lo digo porque hay otras líneas de tranvía que utilizan los coches antiguos (por ejemplo, la 15 para ir a Belém) por lo que durante tu viaje tendrás tiempo de vivir la experiencia de montar en estos vagones de otra época.

Mirador de Graça

Una vez en lo alto de las colinas, una de las cosas que conocer en Lisboa es el mirador de Graça. Es uno de los miradores más espectaculares que hay en la ciudad, pues se divisa toda la parte baja, el Castillo de San Jorge, el Bairro Alto y el río Tajo a lo lejos. Junto al mirador se ubican la iglesia y convento de Graça, que se comenzó a construir en el siglo XIII y se puede visitar de forma gratuita.

Vistas de Lisboa desde el mirador de Graça
La magnífica vista del mirador de Graça

Castillo de San Jorge

Una vez hayas disfrutado de las vistas, toca caminar un poquito hacia el siguiente punto de la ruta, primero cuesta abajo y luego cuesta arriba. Callejeando llegarás al Castelo de São Jorge, otro de los lugares imprescindibles que visitar en Lisboa en tres días.

Se trata de una construcción de origen musulmán y conserva muy bien su muralla y algunas de sus torres, desde donde hay unas vistas impresionantes de toda la ciudad. Por su importancia histórica, su situación y sus vistas privilegiadas ostenta el título de Monumento Nacional desde el año 1910 y es uno de los sitios más visitados de Lisboa.

Podrás visitar antiguas estancias, caminar por las murallas y patios y descubrir algunas actividades curiosas. Por ejemplo, dentro del castillo hay un lugar muy curioso, un periscopio que sirve de mirador 360º sobre la ciudad. A través de su movimiento, las imágenes se proyectan en una pantalla blanca como si de un vídeo se tratase mientras el guía explica brevemente la historia de los monumentos más importantes de la ciudad.

La entrada cuesta 15 euros y es uno de los pocos monumentos importantes de la ciudad que no se incluyen en la Lisboa Card. Mi recomendación es que saques la entrada online con anticipación y que la visita la hagas pronto por la mañana para evitar esperar mucho para entrar.

Iglesia de San Vicente de Fora y Panteón Nacional

Otros dos sitios que visitar en Lisboa durante tu recorrido por esta zona de la ciudad tienen un carácter más religioso. Por una parte, la iglesia de San Vicente de Fora, con orígenes en el siglo XII y que se terminó de construir en el siglo XVII.

Lleva la firma de Juan de Herrera entre otros arquitectos internacionales de la época y destacan su fachada monumental y su preciosa muestra de azulejos barrocos que cuentan la historia de la ciudad. Tampoco hay que perderse sus claustros, la sacristía o el panteón de los Braganza, donde están enterrados los monarcas de esta dinastía.

En línea con esto, el otro edificio a visitar es el Panteón Nacional, situado en la iglesia de Santa Engracia. Algunos de los personajes ilustres enterrados en este lugar son Amália Rodrigues, la artista portuguesa más internacional, el futbolista Eusebio y numerosos escritores y presidentes de la República.

Además, hay varios cenotafios de personajes históricos, como el descubridor Vasco de Gama o el escritor Luis de Camões, que están enterrados en el Monasterio de los Jerónimos. De hecho, el título de Panteón Nacional es compartido entre este lugar y el Monasterio de los Jerónimos, también en Lisboa, el Monasterio de Batalha y el Monasterio de Santa Cruz en Coimbra.

La entrada son 4 euros (gratuita con la Lisboa Card) y su interior es impresionante, decorado en mármol y coronado por un espectacular cimborrio. Además, se puede subir hasta las terrazas del tejado para disfrutar de las vistas.

Interior del Panteón Nacional en Lisboa
Interior del Panteón Nacional en Lisboa

Mirador de Santa Lucía

Si te fascina descubrir la ciudad desde diferentes puntos de vista, la siguiente parada en este itinerario de lugares que visitar en Lisboa en 3 días es otro de sus famosos miradores. El mirador de Santa Lucía es uno de los más concurridos, con vistas a la parte baja del barrio de Alfama y el río Tajo.

El mirador además se sitúa junto a un agradable jardín con bonitos murales de azulejos y la bonita y pequeña iglesia de Santa Lucía. A pocos metros hay otros puntos panorámicos con bares y terrazas para que puedas disfrutar de las vistas tomando algo para descansar durante la ruta. Allí para también el tranvía 28, así que puedes tomarlo para continuar hasta el siguiente punto del paseo (o caminar si te apetece, pues es cuesta abajo).

Sé de Lisboa (Catedral)

La Catedral de Lisboa casi podría pasar desapercibida por el lugar en que se encuentra, entre las callejuelas del barrio de Alfama, pero merece la pena bajarse del tranvía y visitarla. Se comenzó a construir en 1147 por orden de Afonso Henriques, primer rey de Portugal, al conquistar Lisboa, por lo que es el templo más antiguo de la ciudad.

Aunque su origen sea románico, se han llevado a cabo muchas transformaciones a lo largo de los siglos, y es que, como el resto de grandes edificios de Lisboa, sufrió muchos daños con el terremoto de 1755 y tuvo que ser reconstruida. Para visitar su interior hay que pagar una entrada de 4 euros.

Fachada de la Catedral de Lisboa
Fachada de la Catedral de Lisboa

Iglesia de San Antonio de Lisboa

Unos metros más abajo hay otra iglesia, en este caso dedicada a San Antonio de Padua. Este santo nació en el lugar donde hoy se encuentra la iglesia, en el seno de una familia adinerada en 1195. Unos años más tarde ingresaría en la orden franciscana y tras varios viajes se instaló en Padua (Italia), de ahí su nombre. Murió un 13 de junio y ese día se celebra una de las mayores fiestas de Lisboa. Es, además, el patrón de la ciudad.

La iglesia de San Antonio surgió como una capilla en el siglo XV. Tras el terremoto de Lisboa, se diseñó el nuevo templo que es el que se puede visitar hoy en día. La entrada es libre y en la cripta hay una conmemoración del lugar donde nació el santo.

Plaza del Comercio y Arco de la Rua Augusta

Entre los lugares más populares y conocidos que ver en Lisboa se encuentra la plaza del Comercio. Abierta al río Tajo, es uno de los centros neurálgicos de la ciudad y bajo los porticados edificios que la flanquean hay cafeterías donde asistían los intelectuales en otras épocas.

Aquí se situaba el Palacio Real, que quedó destruido tras el tsunami que se desencadenó tras el terremoto de 1755. Con gran parte de la ciudad asolada, el Marqués de Pombal recibió la orden de reconstruir Lisboa y quiso levantar una ciudad con avenidas y plazas más amplias y una arquitectura más sencilla. De ahí nació el que es ahora uno de los barrios más turísticos de la capital.

Desde la Plaza del Comercio nacen algunas de las calles comerciales más importantes de la ciudad, en el barrio de la Baixa. Seguro que te llama también la atención el arco triunfal de la Rua Augusta. Se puede subir a él y desde allí contemplar las vistas de la plaza y el río. La entrada cuesta 3 euros (la puedes comprar aquí) o puedes acceder de manera gratuita con la Lisboa Card.

Arco de la Rua Augusta y un tranvía pasando por delante
El majestuoso arco comunica la plaza del Comercio con la Rua Augusta

Elevador de Santa Justa

Callejeando entre esas calles comerciales de la Baixa te toparás con el elevador de Santa Justa. Es otra de las principales atracciones turísticas de Lisboa, y es básicamente un ascensor histórico utilizado para salvar el desnivel entre la Baixa y el Chiado. Tiene una altura de 45 metros y toda la estructura está construida en hierro. Se inauguró en 1902.

En la parte de arriba hay un mirador (y un bar donde tomarte algo y disfrutar las vistas), al que se puede llegar subiendo en el ascensor. Si quieres subir, debes tener en cuenta que la vista más bonita es el atardecer, pero también que hay muchas colas. El viaje cuesta 5 euros si pagas allí, algo menos con la tarjeta de transporte de la ciudad, y si tienes la Lisboa Card está incluido.

Yo disfrutando de las vistas desde el elevador de Santa Justa
Desde el mirador del elevador de Santa Justa de Lisboa

Qué ver en Lisboa en 3 días – día 2: Bairro Alto, Chiado, Estrela, Amoreiras

Durante el segundo día en Lisboa te recomiendo subir hasta otra de las colinas que conforman la ciudad, el Bairro Alto, y desde allí explorar toda una zona de la ciudad mucho más amplia incluyendo barrios algo más alejados del centro, como Estrela o Amoreiras. En el día de hoy podrás disfrutar de algunos monumentos muy conocidos de Lisboa, así como otros que pasan más desapercibidos y son igualmente interesantes.

Elevador da Gloria

De nuevo te recomiendo comenzar la ruta en la parte baja de la ciudad, esta vez dirigiéndote hacia la plaza de los Restauradores. Desde allí podrás tomar el elevador de Gloria, un funicular con aspecto de los tranvías amarillos típicos de Lisboa que es una de las formas más entretenidas de subir hasta el Bairro Alto.

Durante el trayecto verás muchos grafitis en la calle por la que sube y mucha gente haciendo fotos, pues la calle se puede recorrer también a pie. Al igual que en Santa Justa, tanto la tarjeta de transporte como la Lisboa Card son válidas para subir al funicular. Si decides pagar en efectivo en el elevador, creo que el precio son 3 euros.

Elevador de Gloria
El elevador de Gloria, una de las atracciones turísticas de Lisboa

Mirador de San Pedro de Alcántara

En cuanto te bajes del elevador, a la derecha verás unos jardines. Te recomiendo que te acerques hasta ellos para contemplar las vistas. Es el mirador de San Pedro de Alcántara, uno de los más populares porque se divisa prácticamente todo el centro histórico, con el Castillo de San Jorge o la Catedral en frente, la plaza del Rossio, la Baixa…

Iglesia de San Roque

Unos metros hacia el sur bajando por la calle de San Pedro de Alcántara llegarás a la iglesia de San Roque. Fue la primera iglesia de los jesuitas en Portugal y, aunque por fuera no parece decir mucho, por dentro me sorprendió porque es muy bonita.

Está profusamente decorada y el techo es uno de sus puntos fuertes, un trampantojo que simula balcones, arcos y tres cúpulas. Hay capillas muy ricas, como la de San Juan Bautista, que se dice que en la época fue la más costosa de Europa por estar realizada con piedras preciosas, y estatuas de lo más curioso, ¡como un elefante!

Museo Arqueológico do Carmo

Dejando atrás el Bairro Alto, te adentrarás en el Chiado, uno de los barrios más exclusivos de Lisboa. En sus calles verás muchos comercios, plazas e iglesias, y es a una de ellas a donde te recomiendo dirigirte. Bueno, en realidad, a las ruinas de lo que en su día fue la iglesia do Carmo o del Carmen.

Esta iglesia se construyó en 1389 y fue una de las más bellas de la ciudad, pero el terremoto de Lisboa y el posterior incendio que se desató arrasó con ella. Se intentó reconstruir siglos más tarde, pero con la expulsión de las órdenes religiosas se dejó inconclusa. Así, hoy en día es un museo a cielo abierto y un recordatorio de aquel terremoto que marcó un antes y un después en la ciudad.

Dentro se puede visitar el Museo Arqueológico do Carmo que recoge variadas piezas de diferentes épocas de la historia, desde antiguos sepulcros y monumentos funerarios de piedra de reyes y personas ilustres hasta momias egipcias o incas. La entrada cuesta 5 euros y si tienes la Lisboa Card te hacen un 20% de descuento.

Yo paseando entre las ruinas de la Igreja do Carmo
Las ruinas de la iglesia do Carmo son uno de los lugares que visitar en Lisboa

Café A Brasileira

Te invito ahora a pasear por la calle Garrett, donde están las tiendas más exclusivas de la ciudad, y detenerte en el Café A Brasileira. Es una cafetería histórica, inaugurada a comienzos del siglo XX para dar a conocer entre los portugueses el café de Brasil. Se convirtió en un lugar frecuentado por literatos y otros personajes intelectuales y hoy en día es uno de los cafés más bonitos en los que hacer una pausa mientras recorres la ciudad.

Basílica da Estrela

Desde la plaza de Chiado o la vecina plaza de Luís de Camões puedes tomar el famoso tranvía 28, pero en lugar de ir en dirección a Alfama, ve en dirección a Campo Ouriques y bájate en la parada «Estrela». En frente verás la Basílica da Estrela (o Basílica de la Estrella), uno de los templos más grandes de Lisboa.

Su fachada es sencilla, pero bonita, en color blanco, con dos torres y una cúpula a la que se puede subir para admirar las vistas (5 euros). La visita a la iglesia es libre y la decoración interior destaca por sus mármoles de diferentes tonalidades. Frente a la iglesia verás un parque, que es muy agradable para pasear y tomarse un descanso en la ruta.

Vestido, zapatos y guitarra en el Museo de Amália Rodrigues
La casa museo de Amália Rodrigues repasa la vida y éxitos de la artista portuguesa

Casa Museo de Amália Rodrigues

No muy lejos de Estrela hay otro lugar poco conocido de Lisboa. Se trata de la casa de Amália Rodrigues, la artista portuguesa más internacional de todos los tiempos. Amália era cantante de fados y actriz, y tuvo su mayor éxito en los años 50-70. Vendió 30 millones de discos y actuó en escenarios de todo el mundo, incluso junto a otras grandes figuras musicales de la época.

Los últimos años de su vida los pasó en su casa de Lisboa, en la calle São Bento, y al morir en 1999 quiso que se convirtiera en un museo, dejando las estancias y decoración tal y como eran. La visita se realiza con guía y la entrada cuesta 7 euros (20% de descuento con la Lisboa Card).

Acueducto de Aguas Libres

¿Sabías que Lisboa tiene un acueducto? ¡Pues sí! Se construyó en el siglo XVIII y aunque la parte más espectacular, donde tiene más altura, está en las afueras de la ciudad, es posible ver un tramo en la zona de Amoreiras.

Allí podrás contemplarlo desde un pequeño jardín, ubicado junto al Reservatório da Mãe d’Água das Amoreiras, uno de los principales depósitos de agua. Hoy en día, en ese depósito se realizan espectáculos audiovisuales. Es curioso también ver cómo el acueducto se ha construido sobre una pequeña capilla, como si hubiese quedado atrapada entre los arcos.

Acueducto de Aguas Libres desde la plaza adjunta
El acueducto de Aguas Libres es uno de los monumentos menos conocidos de Lisboa

Parque Eduardo VII

Para despedir este segundo día por Lisboa, puedes tomar el metro en Rato hasta Marqués de Pombal. Desde allí podrás acceder al parque más conocido de la capital portuguesa, el parque Eduardo VII. Curiosamente está dedicado a un rey inglés para celebrar la alianza entre los dos países.

Este parque se sitúa en pendiente y tiene varios jardines, senderos y pequeños lagos o fuentes. Hay también algunos monumentos, aunque la razón por la que te recomiendo visitarlo es por sus vistas hacia el centro de Lisboa desde la parte más alta. Allí hay un bonito mirador donde ver cómo cambia la luz cuando llega el atardecer con la música de algún artista callejero de fondo.

Qué visitar en Lisboa en 3 días – día 3: Ajuda y Belém

Para este último día, te propongo realizar una ruta por los barrios de Ajuda y Belém. Este último es uno de los más conocidos, pues allí se encuentran algunos de los monumentos más interesantes que ver en Lisboa. Por ello, la combinación con Ajuda, que no es tan famoso, es perfecta para poder tener momentos más tranquilos y recorrer lugares que poca gente conoce.

Palacio Nacional de Ajuda

Para comenzar el itinerario te sugiero visitar el Palacio Nacional de Ajuda. Se trata de un gran palacio que fue residencia de la familia real portuguesa. Se mandó construir tras la destrucción del antiguo palacio real (que estaba en lo que hoy es la Plaza del Comercio) en el terremoto de 1755, aunque las obras tardarían muchos años por los acontecimientos históricos y la falta de presupuesto. De hecho, quedó incompleto, aunque cuando se visita no se llega a apreciar.

Por dentro el palacio no tiene nada que envidiar a otros palacios europeos de la época, con sus grandes salones ricamente decorados, sus grandes dormitorios o su salón del trono. Los últimos reyes que habitaron en él fueron Luis I de Portugal y María Pía de Saboya y con la llegada de la República en 1910 pasaría a convertirse en museo. Para visitarlo la entrada cuesta 5€, aunque si compras la Lisboa Card está incluido.

Salón del Trono en el Palacio Nacional de Ajuda
El Salón del Trono del Palacio Nacional de Ajuda en Lisboa

Jardín Botánico de Ajuda

A pocos pasos del palacio hay un rincón poco conocido que no te puedes perder. Se trata del Jardín Botánico de Ajuda, un cuidado jardín que es como un pequeño oasis en mitad de la ciudad. Podrás dar un paseo, contemplar diferentes especies de plantas y árboles autóctonos y tropicales o admirar los pavos reales que campan a sus anchas por allí. La entrada cuesta 2 euros.

Parque de los Molinos de Santana

Otra cosa poco conocida que hacer en Lisboa es visitar el parque de los Molinos de Santana, donde hay dos ejemplares de antiguos molinos. Se utilizaban para producir harina hace unos siglos y hoy son uno de los puntos más curiosos de la capital. Todo el parque donde se sitúan es muy agradable para pasear o hacer deporte y en lo más alto, donde están los molinos, tienes un bonito mirador.

Yo visitando los Molinos de Santana
Los Molinos de Santana son uno de los lugares más desconocidos de Lisboa

Monasterio de los Jerónimos

Tras visitar varios monumentos y rincones curiosos o poco conocidos, te sugiero ahora dirigirte hacia un lugar que es todo lo opuesto. El Monasterio de los Jerónimos es una de las mayores atracciones turísticas de la capital portuguesa, pues es una joya arquitectónica y es Patrimonio de la Humanidad junto a la Torre de Belém.

Fundado en 1501, el Monasterio de los Jerónimos se construyó para celebrar el regreso de Vasco de Gama tras su expedición a la India. En él destacan su precioso claustro y la iglesia de Santa María de Belém, donde están enterrados el propio Vasco de Gama, el poeta Luis de Camões y algunos reyes de Portugal, como Manuel I, quien mandó construir tanto el monasterio como la Torre de Belém y a quien debemos el estilo «manuelino» en la arquitectura portuguesa.

El acceso se incluye de forma gratuita con la Lisboa Card. Si no, cuesta 12€ y puedes comprar tu entrada aquí con antelación. También hay tours por el barrio que incluyen el acceso.

Ventana del claustro del monasterio de los Jerónimos con sus detalles manuelinos
El claustro del Monasterio de los Jerónimos de Lisboa es una auténtica maravilla

Pastéis de Belém

Muy cerca del monasterio hay un lugar que no es un monumento en sí, pero historia no le falta. Allí se encuentra la cafetería Pastéis de Belém, donde tomar los pasteles más famosos no solo de Lisboa, sino de todo Portugal. Lo reconocerás porque a su puerta suele haber mucha gente, por sus toldos azules, y porque en la acera se puede leer ‘Pastéis de Belém’.

Los pasteles de nata son unos dulces de hojaldre rellenos de crema que son todo un símbolo de la repostería lusa. Pues bien, tienen su origen en el Monasterio de los Jerónimos y se elaboran en este lugar desde 1837 siguiendo la dulce receta secreta original del antiguo convento.

Monumento a los Descubrimientos

Cruzando las vías del tren por alguno de los pasos subterráneos que hay frente al monasterio llegarás a la orilla del río Tajo. Allí se encuentra otro de los lugares que no te puedes perder en Lisboa, y es el Monumento a los Descubrimientos.

Este monumento de 52 metros de altura se inauguró en 1960 con motivo de los 500 años de la muerte de Enrique el Navegante, infante que tuvo un papel destacado en los primeros años de los descubrimientos. En él es posible reconocer a 33 personalidades relacionadas con esta época de expansión colonial de Portugal, como Vasco de Gama o Fernando de Magallanes.

Frente al monumento, en el suelo, podrás ver una gran rosa de los vientos y un mapamundi con todas las colonias que Portugal llegó a poseer por todo el mundo. Mientras, dentro hay una exposición y un mirador en la parte alta. La entrada cuesta 3 o 6 euros (dependiendo de si es solo exposición o también mirador) y si tienes la Lisboa Card tienes un pequeño descuento.

Monumento a los Descubrimientos
Desde el monumento se tienen bonitas vistas del río Tajo y el puente 25 de abril de fondo

Puente 25 de abril

Desde el monumento y toda la orilla del río Tajo se puede contemplar otro de los símbolos de la ciudad: su famoso puente 25 de abril. De color rojo, recuerda al Golden Gate de San Francisco. Fue construido en la década de los 60 y toma su nombre de la Revolución de los Claveles, la cual devolvió la democracia a Portugal después de la dictadura de Salazar el 25 de abril de 1974.

Torre de Belém

Y para terminar con esta ruta de en 3 días en Lisboa, el símbolo de la ciudad: la Torre de Belém. Construida como fortaleza dentro del sistema defensivo de la ciudad, ha vigilado el río Tajo y a sus barcos y navegantes desde 1520, y por su importancia en el pasado y ser una genial muestra de arquitectura manuelina, es Patrimonio de la Humanidad.

La torre puede visitarse por dentro y consta de 5 plantas, desde las que se tienen unas preciosas vistas del río. De todas las veces que he estado en Lisboa solamente he entrado en mi última visita y, aunque es interesante verla por dentro, lo cierto es que me esperaba más. Las estancias están vacías así que hay que echar mucha imaginación para saber cómo sería allá por el siglo XVI. La entrada cuesta 6 euros si no me equivoco, aunque es posible acceder de forma gratuita con la Lisboa Card.

Yo en la Torre de Belem
La Torre de Belém es el icono de la ciudad

Qué ver en los alrededores de Lisboa

¿Tienes más días para visitar Lisboa y sus alrededores? Entonces puede que te interese hacer una excursión a alguno de los destinos cercanos que también son muy conocidos. Por ejemplo, Cascais y Estoril son dos ciudades muy famosas por su costa y el casino, siendo un lugar de veraneo de cierta exclusividad.

También muy popular es Sintra, aunque por mi experiencia es mejor dedicar un par de días a recorrerlo con calma, quedándote allí. He ido en dos de mis tres viajes en el día desde Lisboa y la verdad es que hay mucho por ver, pero el día se te va en el Palacio da Pena porque está muy masificado. Hay muchísimas colas y si vas en coche es muy complicado conseguir aparcamiento cerca.

Por ello, creo que es mejor ir en tren a Sintra, quedarte una noche y dedicar dos días a visitar sus diversos palacios y monumentos. El más conocido es el Palacio da Pena, el palacio de colores que has visto miles de veces en fotos y que fue una de las principales residencias de la familia real, pero hay muchos más. Por ejemplo, la Quinta da Regaleira, el Palacio Nacional de Sintra, el Castelo dos Mouros, el Palacio de Montserrate o el Convento de los Capuchinos.

Cómo es viajar sola a Lisboa

Lisboa es una de esas ciudades que te atrapan desde el primer momento. La capital de Portugal es colorida, bohemia, joven, alternativa, histórica, tranquila… Tiene una luz especial, mil rincones con encanto y miradores en todas partes para disfrutarla desde todas las perspectivas.

Además de ser una ciudad muy turística, Lisboa ha sabido atraer a la gente joven y hay muchos estudiantes, nómadas digitales y trabajadores en remoto de todo el mundo en la ciudad. Es un destino muy cosmopolita y siempre encontrarás viajeros internacionales.

Si quieres conocer gente porque viajas sola y te apetece socializar, te recomiendo alojarte en hostels o unirte a algún grupo de Facebook de viajeros en Lisboa para hacer planes, como salir a cenar o de fiesta. Para tomar algo, no dejes de subir a cualquiera de las decenas de rooftops que hay por toda la ciudad para disfrutar de las vistas al atardecer y, al caer la noche, pásate por el Bairro Alto, que está lleno de bares y muy animado.

Portugal es uno de los países más seguros del mundo y su capital no es una excepción. Lisboa es una ciudad segura, con mucha gente por el día en todas partes y bastante tranquila por las noches. En general, puedes caminar por sus calles sin miedo a que te vayan a acosar, asaltar o robar, aunque te recomiendo prestar atención a tus pertenencias en lugares muy concurridos o el transporte (los elevadores y tranvías turísticos sobre todo) porque como en todas partes hay carteristas.

No te pierdas el post con más consejos para viajar sola.

Yo en el Mirador de Santa Luzia
Esta foto en el mirador de Santa Lucía me la hizo otra chica viajando sola

Dónde dormir en Lisboa

Si te preguntas cuál es la mejor zona para buscar tu hotel en Lisboa, para mi, lo mejor es reservar el alojamiento en la parte baja de la ciudad, es decir, en la zona de Rossio – Baixa o alrededores. Es la parte más céntrica y tienes a tu alrededor los diferentes barrios a visitar, siendo el punto de partida y final perfecto para cada día.

En esta última ocasión yo me alojé en el Hotel Mundial, uno de los hoteles de Lisboa más reconocidos. Se sitúa en la plaza de Martim Moniz (donde se toma el tranvía 28), bien conectada y en esa zona baja de la capital lusa. Las habitaciones son espaciosas y tranquilas y desde la mía tenía vistas tanto a la plaza como al Castillo de San Jorge. Se incluye el desayuno, que es muy bueno, tienen una terraza en la azotea con impresionantes vistas y tienen muchos detalles con los clientes. Por ejemplo, el día de mi cumpleaños me regalaron una botella de champán y bombones. ¡Todo un detallazo!

Yo consultando una guía de Portugal en mi habitación del Hotel Mundial
En mi habitación del Hotel Mundial de Lisboa

Cómo recorrer Lisboa en solitario

¿Cuál es la mejor manera de recorrer Lisboa? Mi consejo es que te pongas un calzado cómodo (¡ojo! las aceras suelen resbalar si llevas sandalias) y te lances a callejear, ya que hay cientos de rincones bonitos y sorprendentes repartidos por toda la ciudad. Ahora bien, al ser una ciudad grande puede ser cansado y habrá lugares a los que querrás llegar en transporte público, así que toma nota de lo que te cuento a continuación.

Tarjetas turísticas y de transporte en Lisboa

Si planeas moverte mucho en tranvías, metro, elevadores, etc. puedes comprar una tarjeta de transporte público. Las venden en las máquinas del metro y cuestan 0,50€ y puedes recargarlas según vayas viajando. Los trayectos suelen costar 1,50€.

Otra opción es hacerte con la Lisboa Card de Visit Lisboa en las oficinas de turismo. Con ella tienes el transporte incluido de forma ilimitada y la entrada a muchos monumentos imprescindibles que ver en Lisboa en tres días. Además, para algunos museos y paseos en barco o walking tours tiene también descuentos.

Yo utilicé la Lisboa Card de 72 horas y te aseguro que merece la pena y sale a cuenta. Lisboa está llena de cuestas y, aunque parece que está todo cerca, lo cierto es que las distancias son bastantes grandes cuando estás todo el día fuera de un lado para otro.

El tranvía 28 a su paso por la Catedral de Lisboa
El tranvía 28 a su paso por la Catedral de Lisboa

Cómo llegar a Lisboa

Y después de saber todo esto, ¿cómo puedes viajar a Lisboa para conocer sus increíbles monumentos? La capital de Portugal es un destino internacional, así que es posible llegar fácilmente en avión desde otras partes del mundo, aunque también es sencillo viajar por carretera desde España. ¡Te cuento cómo!

Antes de nada, recuerda llevar un seguro de viaje por si te cancelan el vuelo, te pierden el equipaje, etc. Yo confío en Heymondo Seguros y por leer mi blog tienes un 5% de descuento mínimo en todos sus seguros.

Cómo ir del aeropuerto a Lisboa

Para quienes viven más lejos de Lisboa, la opción más conveniente es el avión. Es la manera más rápida de llegar y hay conexiones directas con muchas ciudades españolas, como Madrid, Barcelona, Bilbao, Málaga o Valencia, e islas como Ibiza, Tenerife o Gran Canaria.

Una vez aterrices en Lisboa, tienes varias maneras de llegar al centro de la ciudad. Si prefieres optar por el transporte público, una buena opción es el metro. Desde el aeropuerto tienes la línea roja que enlaza con otras líneas para llegar al centro. Por ejemplo, en la estación de Alameda puedes tomar la línea verde hasta Rossio o en la de São Sebastião hacer trasbordo a la línea azul hasta Rossio o Plaza del Comercio. El viaje cuesta 1,50€ (+0,50€ de la tarjeta de transportes).

Si tu alojamiento está en las zonas altas, como Alfama o Chiado y Bairro Alto, entonces lo mejor es llegar primero al centro y de ahí tomar un tranvía. Si utilizas Google Maps, buscas la dirección y le das a «cómo llegar», te aparecerá la opción de ver la ruta en transporte público para saber qué es lo que mejor te conviene.

También para llegar hasta la zona baja de Lisboa (el centro, barrios de Rossio-Baixa) tienes el Aerobús, que es un autobús directo desde el aeropuerto. Hace varias paradas pero no tienes que bajarte ni hacer trasbordo. En este caso el trayecto son 3,50€.

Viajar a Lisboa en coche

Una de las opciones más comunes para viajar a Lisboa desde España es coger el coche y carretera y manta. Es una buena manera de llegar a la capital portuguesa sobre todo si vives en alguna de las regiones limítrofes con el país vecino, como Extremadura o la zona occidental de Andalucía.

Desde Extremadura es muy sencillo, incluso desde Madrid, ya que basta con tomar la A5 o A66 hacia Badajoz, donde se cruza la frontera. Desde ahí, la carretera se convierte en A6 y ya es todo recto hasta Lisboa, pasando cerca de otros lugares de interés como Elvas o Évora. (Quizá te interese también saber qué ver y hacer en el Alentejo).

Desde Andalucía, las zonas que más fácil lo tienen son las provincias de Sevilla, Cádiz y Huelva, por cercanía. Del mismo modo, se puede subir hasta Badajoz, aunque también tienes la opción de ir por la N433 hasta Rosal de la Frontera y luego la IP8 o seguir la A49 para cruzar la frontera por Ayamonte, que es lo más rápido. Desde ahí, hay que tomar la A22 hasta las cercanías de Albufeira y subir por la A2 hasta Lisboa.

Si viajas desde otras regiones un poco más alejadas, como Castilla y León, puedes tomar la autovía A62 y cruzar la frontera hacia Guarda, donde tomar la IP2 en dirección sur y posteriormente la IP1. Mientras, desde Galicia tendrás que recorrer el país luso de norte a sur por la IP1, que nace en la frontera de Tuy-Valença.

Peajes en Portugal

Conducir por Portugal es sencillo, pues hay buenas infraestructuras, muchas autovías y autopistas, y todo está bien señalizado. Ahora bien, ¡ojo a los peajes! En Portugal hay dos sistemas de peaje en las autopistas. Uno es manual, como los de toda la vida, por así decirlo, y otro es electrónico, sin opción a pagar en efectivo o tarjeta porque no hay cabinas, sino solamente unas cámaras en la ruta.

Por tanto, para utilizar las autopistas de peaje electrónico debes sacarte antes un permiso asociado a la matrícula. Si no, te espera una multa. Tienes más información en la web de los peajes, donde encontrarás las tarifas y puedes pedir tu pase.

La fachada de la estación de tren de Rossio
La fachada de la estación de tren de Rossio, en el centro de Lisboa

Viajar a Lisboa en tren o autobús

Si no tienes carnet de conducir o no te apetece coger el coche, también tienes la opción de viajar en transporte público desde zonas más o menos cercanas a la capital portuguesa. Con los autobuses de ALSA y Flixbus puedes llegar a Lisboa por ejemplo desde Madrid, Valladolid, Salamanca, Cáceres, Badajoz, Sevilla o Huelva. Estos trayectos suelen tener buenos precios, pero el mayor inconveniente es, sin duda, el tiempo, ya que se tarda más que en coche.

En caso de que ya estés en Portugal, compañías como Rede Expressos y Rodoviaria do Oeste te llevarán hasta la capital. Si te estás planteando visitar Lisboa como parte de una ruta por el país, es muy fácil recorrerlo en autobús.

Mientras, viajar en tren es algo más complicado, pues no hay rutas directas entre España y Lisboa. Primero tendrías que llegar hasta alguna ciudad portuguesa y ahí sí hay bastantes rutas con Comboios de Portugal (por ejemplo, Oporto-Lisboa).

Las estaciones de autobús y tren suelen estar algo retiradas del centro de Lisboa, por lo que una vez llegues, deberás moverte en metro, tranvía o taxi hasta tu alojamiento. Las estaciones de autobús más frecuentes son Sete Ríos y Oriente, mientras que los trenes suelen llegar a Santa Apolonia.

Como ves, hay muchas cosas que ver en Lisboa en 3 días y da incluso para estar mucho más si planeas visitar también algún lugar en los alrededores. Yo ya he estado tres veces y siguen quedándome muchos sitios por ver, entre museos, miradores, calles y mercados de moda y ciudades vecinas. Así pues, espero que visites pronto la capital de Portugal y que te enamores de ella. Si quieres ver más imágenes, aquí te dejo los stories del viaje a Lisboa en Instagram.

Este post forma parte de la guía para viajar sola a Portugal

Estela Gómez

Viajera y fundadora de #QuieroViajarSola. Desde que comencé a viajar sola en 2016 siempre tuve una inquietud: motivar a otras mujeres a viajar solas. Para ello, decidí crear este blog en 2018, en el que te cuento todos los viajes que he realizado en solitario en estos casi 8 años como viajera independiente y te doy consejos para que puedas organizar tu viaje por libre y disfrutar recorriendo el mundo en solitario.

Estela Gómez, blogger de viajes para mujeres

Por qué puedes confiar en #QuieroViajarSola

En estos 8 años viajando sola por todo el mundo he recorrido muchos países y destinos de los que puedo darte consejos en base a mi experiencia. Puedo recomendarte lugares para visitar, dormir, cómo moverte, etc., y eso es lo que encontrarás en cada artículo de este blog de viajes. Complemento la información con mis redes sociales, sobre todo Instagram, donde puedes ver casi en tiempo real los lugares por los que viajo sola cada vez que estoy en una nueva aventura.

Además, este blog ha sido galardonado en varias ocasiones (entre los premios recibidos están el Premio a la Mejor Marca Personal en Viajes y Turismo en los Premios Día de Internet en 2024 y el Premio 20Blogs al Mejor Blog de Viajes en 2021) y he aparecido en numerosos medios de comunicación, tanto en España como en Latinoamérica (El País, La Sexta Noticias, ELLE Argentina, El Sol de México, Radio Marca…).

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Verás que en los posts del blog recomiendo hoteles, actividades, transportes y otros servicios y productos relacionados con viajar. Si haces clic en ellos, la web te redirigirá al sitio de cada empresa indicando que vas de mi parte y, en caso de que hagas una reserva o compra, yo me llevaré una pequeña comisión. Esto no afecta para nada al precio (es más, en algunos casos tendrás un descuento por leer mi blog), pero es importante para mi porque es la forma en la que tengo de mantener este blog y toda la comunidad en torno a #QuieroViajarSola. Son productos y servicios que yo misma utilizo en todos mis viajes, así que te los recomiendo porque los he probado, son de confianza y creo que pueden serte de utilidad a la hora de planificar tus viajes en solitario.

2 comentarios en «Qué ver en Lisboa en 3 días: guía para una escapada»

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