Puede que la capital del Piamonte no se encuentre entre las ciudades más famosas en Italia, pero eso no es motivo para no acercarse a conocerla. ¡Al contrario! Fue la primera capital del país desde 1861 y ciudad residencial de la Familia Real italiana, la Casa de Saboya. Por ello, tiene un aire palaciego y hay muchas cosas que ver en Turín.
La conocí en un viaje sola en una ruta por el norte de Italia en 2019, aunque es una ciudad perfecta para recorrer en un fin de semana a modo de escapada en cualquier momento del año. A mí me gustó mucho y te la recomiendo al 100%.
Por qué viajar a Turín
Cuando pensamos en Italia suele venir a nuestra mente Roma, Venecia, Florencia, Milán… pero probablemente de primeras no elegiríamos Turín como destino al que viajar. ¡Y es un error!
A Turín se le llama la cuna de Italia, y es que allí nacieron muchos políticos decisivos en el nacimiento del país. Además, como primera capital, es una ciudad que respira historia. Sus edificios son palaciegos y está llena de museos interesantes, así que, si te gusta la cultura, es un destino muy apetecible.
Pese a situarse «en un rincón» de Italia está perfectamente comunicada tanto con el resto del país como con los países vecinos, y moverse por ella es muy fácil, ya que el centro no es tan grande como en otras ciudades. Además, es un destino seguro y tranquilo, que no sufre del turismo de masas y donde podrás tomar contacto con una Italia más real. Este año, además, en Turín se celebrará la final de Eurovisión el 14 de mayo.
La duración ideal para un viaje a Turín es un par de días, por lo que puedes viajar sola para pasar un fin de semana o incluirla en una ruta más extensa por el país. En mi caso, fue el fin de una ruta por el norte de Italia a la que llegué inmediatamente después de visitar la cosmopolita Milán. Por ello, me pareció un destino tranquilo, en el que disfrutar de la ciudad con calma y donde acercarme más a algunos aspectos menos turísticos y conocidos de Italia.
Qué hacer y qué ver en Turín
Si te gusta la historia y la cultura, te va a gustar viajar a Turín. La ciudad está llena de palacios, muchos reconvertidos en museos, de iglesias, de plazas y de galerías. Mi consejo es que te pongas un calzado cómodo y recorras la ciudad a pie, ya que todo está más o menos cerca y, así, podrás admirar su arquitectura y explorar todo lo que te llame la atención.
Si vas a llevar un plan cultural al visitar Turín, quizá te interese hacerte con la tarjeta Torino + Piemonte Card. Es una tarjeta que te permite entrar a muchos museos y palacios de forma libre y te da descuento para el transporte público. La de 2 días cuesta 39€ y sale a cuenta, ya que las entradas en Turín no son baratas. Puedes comprarla online aquí y, una vez allí, acudir a la oficina de información turística de Piazza Castello para canjear el voucher por la tarjeta.
Todos los lugares que te reseño a continuación siguen un cierto orden; puedes también seguirlo o explorar la ciudad a tu antojo. Lo que te animo a hacer sí o sí es entrar en las galerías, los patios, las iglesias y, en general, cualquier lugar que veas que está abierto. ¡Más de uno te va a sorprender!
Visita guiada por Turín
Para una primera toma de contacto, puedes hacer alguna visita guiada con la que conocer la historia de la ciudad y sus curiosidades. Por ejemplo, existe un free tour para recorrer Turín acompañada de otros viajeros con el que conocerás sus principales atractivos turísticos. Tras el tour, podrás recorrer por tu cuenta aquellos lugares que más te gustaron y entrar a los monumentos.
Una alternativa podría ser hacer un tour en bicicleta por Turín. De esta forma disfrutarás de una actividad al aire libre sobre dos ruedas con las explicaciones del guía, combinando turismo con un poco de deporte. Aunque tranquila, el centro de la ciudad es plano.
Además, también tienes la opción de tomar el autobús turístico de Turín. Hay dos líneas para recorrer toda la ciudad y podrás conocer los detalles de todos sus monumentos gracias a la audioguía en castellano. El billete tiene una validez de 24 horas y es una buena manera de acercarte hasta las atracciones turísticas más alejadas.
Mole Antonelliana
Un lugar perfecto para iniciar un recorrido por tu cuenta es la Mole Antonelliana, el edificio más icónico que visitar en Turín. Debe su nombre a su arquitecto, Alessandro Antonelli, que ideó el que en su día fue el edificio más alto de Turín.
La Mole Antonelliana sobresale por encima de los tejados del resto del centro histórico, por lo que es un genial mirador sobre la ciudad y los Alpes, que la vigilan con sus cumbres nevadas. Para subir hay un ascensor con el que atravesarás el corazón del edificio, ocupado actualmente por el Museo Nacional del Cine, uno de los mejores museos con los que cuenta la ciudad.
Puedes visitar ambos, tanto el mirador como el museo, y existen entradas separadas o una combinada, además de incluirse en la Torino + Piemonte Card. Si cuentas con la tarjeta puedes entrar de forma gratuita al Museo del Cine y conseguir un descuento en el ascensor.
Piazza Castello y Palazzo Madama
Aunque la Mole Antonelliana sea el edificio más icónico, el lugar más monumental de Turín probablemente sea la Piazza Castello. Allí podrás ver algunos de los palacios más importantes de la ciudad, entre los que se encuentra el Palacio Madama.
Por esta plaza pasaba la muralla defensiva de la ciudad desde la época romana y una de sus puertas estaba donde hoy se levanta el Palacio Madama. En el siglo XIV se levantó en su lugar un castillo medieval con cuatro torres y unos siglos más tarde una parte se transformó en un bonito palacio barroco.
María Juana Bautista de Saboya, que residió en él, mandó al arquitecto Felipe Juvara transformar su aspecto de castillo medieval a palacio, aunque las obras no se llegaron a finalizar. Por ello, desde la plaza podrás ver el edificio de mármol, pero si le das la vuelta verás la antigua fortaleza.
Este edificio con «dos fachadas» es hoy en día un museo cívico con exposiciones temporales (la entrada está incluida en la Torino + Piemonte Card), pero no es la única razón para que te detengas a verlo. El palazzo forma parte de la declaración como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO de las Residencias de la Casa Real de Saboya, por lo que es uno de los principales lugares que visitar en Turín.
Palazzo Reale
Desde la plaza Castello, en un rincón y tras las verjas que indican que hay un lugar importante, te encontrarás con la entrada al Palacio Real. Turín fue la primera capital italiana y la Familia Real, la Casa de Saboya, tenía aquí su residencia, así que es el palacio más importante de los declarados como Patrimonio Mundial.
La visita al Palacio Real de Turín comienza subiendo unas escalinatas preciosas que te llevan al corazón del mismo. En las diferentes salas tienes folletos explicativos en varios idiomas (castellano incluido) para poder entender para qué se usaba cada una de ellas. Verás el salón del trono, la impresionante armería, el comedor, los aposentos, las salas donde se celebraban las recepciones…
También tendrás acceso a la capilla de la Sábana Santa de Turín, donde se guardaba esta reliquia hasta que un incendio destruyó la sala. La reliquia se salvó y la capilla, una obra de arte del barroco, se reconstruyó, aunque se dejó el altar tal cual, quemado, para recordar este hecho. Desde allí podrás contemplar la Catedral de Turín desde lo alto (aunque no acceder a ella).
A continuación podrás contemplar la colección de arte sacro de la Galería Sabauda y, para finalizar, bajar hasta los sótanos del Palacio, donde se ubica el Museo de la Antigüedad. Allí podrás ver restos de la época romana, como mosaicos decorando el suelo, figuras de bronce o restos de columnas.
De igual modo que en los anteriores lugares, el Palacio Real se incluye en la Torino + Piemonte Card, y también puedes hacer una visita guiada si quieres conocerlo todo al detalle.
Catedral de Turín
Junto al Palazzo Reale se encuentra la Catedral Metropolitana de San Juan Bautista, el principal templo religioso de la capital piamontesa. El Duomo de Turín se comenzó a construir a finales del siglo XV y es el único edificio de la ciudad de estilo renacentista.
En su interior guarda la reliquia del Sudario de Turín, la Sábana Santa que se atribuye a Jesucristo y que, como te comentaba unas líneas más arriba, se salvo de un incendio en la capilla barroca donde se custodia. Desde la Catedral no se tiene acceso a esta capilla, sino que solamente podrás visitarla si accedes al Palacio Real.
Porta Palatina
Además de los restos que puedes ver bajo el Palacio Real, uno de los pocos monumentos romanos que ha sobrevivido hasta nuestros días en Turín es la Porta Palatina. Se construyó de una manera similar a la del Palacio Madama, con dos torres a los lados y un frontal con varias ventanas.
Se puede visitar de manera gratuita, ya que está en la calle, e incluso pasar bajo ella, donde puedes observar las hendiduras que dejaban los carros al pasar. Junto a ella hay un parque con restos de lo que fue el teatro romano de Augusta Taurinorum, el nombre de la ciudad en la época.
Mercado de Porta Palazzo
En alguna de las mañanas que estés por Turín, no dudes en acercarte a Porta Palazzo, donde se pone el mercado al aire libre más grande de Europa. Con más de 1.000 puestos, allí se vende todo tipo de productos italianos, desde fruta y verdura hasta ropa, pasando por flores o artículos de droguería. El mercado ocupa toda la plaza (que es muy extensa), así que da para entretenerte un rato.
Visitarlo por la mañana es de lo más recomendable, pero te recomendaría evitar pasar por esta zona de noche, ya que es un espacio grande donde fuera de horas de mercado no hay mucha gente y no da mucha sensación de seguridad.
Café Al Bicerin
En los alrededores de Porta Palazzo hay un barrio lleno de restaurantes que está muy bien para comer y cenar. Aquí sí puedes pasear al comienzo de la noche, ya que está lleno de gente. Aún así, te recomendaría pasearlo también a media mañana o media tarde para tomar un bicerin.
¿Y qué es un bicerin? Se trata de un café típico de Turín que consiste en café, chocolate y crema de leche por encima. ¡Está riquísimo! Lo sirven en muchas cafeterías, pero la más típica es la que le da el nombre y que lleva preparando esta receta desde 1763: Café Al Bicerin.
El bicerin me costó 6,5€, si mal no recuerdo (precio 2019). No es barato, pero más allá de tomar un café, estás en uno de los cafés históricos de Turín que, además, tiene una peculiaridad. Antiguamente no era costumbre que una mujer acudiese a un bar o se dejase ver sola, pero esta cafetería se hizo muy famosa entre el público femenino por estar regentada por mujeres. Aunque ahora acude todo tipo de público, sigue regentada por mujeres, lo que es un aliciente más para visitarla.
Y ya que estás allí, te recomiendo visitar el Santuario della Consolata, justo en frente. No es una iglesia al uso, sino que tiene planta circular, algo muy curioso.
Calles comerciales y galerías
Tras callejear por el barrio, te invito ahora a tomar la via Garibaldi y volver hacia el centro de la ciudad. Una de las cosas que hacer en Turín es pasear por sus calles comerciales y ésta en concreto está llena de tiendas de ropa. Además, también hay fachadas de tiendas muy antiguas e iglesias muy bonitas, como la Capilla de los Mercaderes.
Cuando llegues de nuevo a la Piazza Castello, gira 90º y toma la via Roma, la otra principal calle comercial de la ciudad. En esta calle verás que hay muchos soportales; pasea bajo ellos y explora las galerías. Por todo el centro de Turín hay galerías comerciales antiguas preciosas que esconden no solo tiendas, sino cines, cafeterías y restaurantes que son historia viva de la ciudad. Caminando llegarás a la Piazza San Carlo, una de las más bonitas de todo el centro histórico.
Museo Egipcio de Turín
Volviendo a la parte cultural, el museo estrella de Turín es el Museo Egipcio. Es el más antiguo del mundo y el segundo, detrás del de El Cairo, en tamaño e importancia. Entre sus tesoros, 24 momias humanas, 17 momias animales y una gran colección de papiros que también pueden consultarse online. En caso de tener la Torino + Piamonte Card puedes acceder libremente y con la entrada podrás ver la colección permanente y la temporal que haya en ese momento.
Museo del Resurgimiento Italiano
A unos pasos del Museo Egipcio de Turín te encontrarás con el Palazzo Carignano, que alberga el Museo del Resurgimiento Italiano. Se trata de uno de los museos más interesantes en Turín y recoge muy bien el proceso por el cual la Italia feudal, dividida en varios reinos, llegó a unificarse bajo un solo Estado en 1861. Fue una de las residencias de la Casa Saboya y por tanto está incluido también en la declaración de Patrimonio Mundial.
El proceso fue posible, por una parte, gracias a Cavour, ministro del Rey de Cerdeña, y, por otra, a Garibaldi, que con su ejército logró entusiasmar a las clases populares y presionar a muchos dirigentes para unirse a otros territorios. Durante la visita al museo se puede ver además la Cámara Subalpina, utilizada por los diputados en los primeros años, pero que después quedó pequeña y en desuso porque la capital se trasladó de Turín, primero a Florencia y después a Roma.
La entrada se incluye en la Torino + Piamonte Card y está abierto de 10 a 18 horas de martes a domingo (los lunes cierra). En caso de no querer visitar el museo, simplemente observa las fachadas del edificio y entra al patio del palacio. La parte de ladrillo es la más antigua y, a modo de curiosidad, allí es donde nació el rey Victor Manuel II, el primer rey de Italia.
Santa María del Monte dei Capuccini
Antes de que acabe el día en Turín, cruza al otro lado del río Po y sube hasta la iglesia de Santa María del Monte dei Capuccini. Desde allí tendrás una de las mejores vistas de Turín, con la Mole Antonelliana sobresaliendo sobre los tejados de la ciudad y los Alpes al fondo. ¡La mejor postal!
Venaria Reale
Si te da tiempo y quieres explorar más allá de la ciudad, en los alrededores de Turín existe un pequeño pueblo llamado Venaria Reale donde puedes visitar otro palacio de los Saboya Patrimonio de la Humanidad. En este caso no se puede comparar al Palacio Real de Turín, ya que fue saqueado y abandonado, pero sí se ven las salas del palacio con muebles traídos de otros lugares, los jardines, la capilla y los antiguos carruajes. También se encuentra expuesto el Bucintoro, una impresionante barca bañada en oro utilizada por la Familia Real.
Aunque se puede sacar entrada para las diferentes partes del recinto, lo más lógico es sacar la conjunta que te permite ver todo. Ahora bien, no es barata, así que si no tienes la Torino + Piamonte Card, que sí lo incluye, solo te aconsejaría ir si realmente te interesa la historia de la Casa de Saboya.
Cómo llegar a Turín
Como te decía más arriba, Turín está como en un rinconcito de Italia, pero aún así es fácil llegar hasta la ciudad. Al viajar sola lo más lógico es que lo hagas en transporte público, así que me voy a centrar en esas opciones.
Vuelos a Turín
La manera más práctica de llegar a Turín desde otro país es tomando un vuelo. Existen conexiones directas desde muchas ciudades europeas y suele haber ofertas de aerolíneas low cost, así que buscando el billete con algo de tiempo puedes conseguirlo fácilmente.
Una vez aterrices en el aeropuerto de Turín, situado unos 16 kilómetros al norte de la ciudad, puedes llegar fácilmente hasta el centro en transporte público. Existe un tren (línea A) que conecta el aeropuerto con la estación Torino Dora en una media hora. Cuesta 3 euros y te permite también tomar el autobús Dora Express que te lleva hasta la estación de Porta Susa en el centro de Turín.
Viajar en tren a Turín
Si ya estás viajando por Italia, puedes llegar fácilmente a Turín en tren. Treintalia es la compañía nacional y tiene tanto trenes rápidos como regionales para conectar no solo las ciudades, sino también otras localidades más pequeñas.
Las principales estaciones en Turín son Porta Susa y Porta Nuova, ambas próximas al centro de la ciudad. Desde allí podrás ir tranquilamente caminando a tu alojamiento o tomar el transporte público, ya sea autobús o tranvía. Puedes mirar en Google Maps cómo llegar y te indicará cuál es la manera más rápida de llegar.
Cómo llegar a Turín en autobús
Por último, si prefieres moverte en autobús, también puedes llegar hasta Turín desde otras ciudades italianas. Puede ser una opción más económica que el tren, especialmente si reservas a última hora. Además, también puedes ir a Turín desde otras capitales europeas con Flixbus.
La estación de autobuses se encuentra frente al Palacio de Justicia de Turín, no muy lejos de la estación de Porta Susa y del centro de la ciudad.
Hoteles en Turín
Por último, para terminar esta guía para ayudarte a viajar a Turín en solitario, quisiera añadir brevemente un consejo sobre dónde alojarte. Lo ideal sería hacerlo en el centro de la ciudad, ya que así estás al lado de todo lo que hay para ver y puedes ir a descansar si lo deseas fácilmente.
Ahora bien, alojarse en el centro puede ser costoso. Una opción que siempre recomiendo es la de alojarse en hostels al viajar sola, porque así puedes conocer a otros viajeros. En el caso de Turín hay varios hostels, pero por precio en algunas épocas del año puede que te interese más alojarte en un B&B donde tienes habitación individual si quieres estar más tranquila. La cama en un hostel suele estar en unos 20 euros, mientras un B&B puedes reservarlo por unos 25 euros (fuera de temporada).
Yo me alojé en el B&B Il Sogno, en una habitación individual con baño compartido. El desayuno estaba incluido y el dueño me explicó todo a la perfección al llegar (qué ver, cómo moverme, cómo hacerme el café si me apetecía a cualquier hora…). Estaba fuera del centro, pero cerca de la terminal Dora, así que digamos que está a mitad de camino entre el centro y el aeropuerto.
¡Fue todo un acierto viajar a Turín! Es una ciudad que me sorprendió gratamente. No sabía muy bien qué esperar ya que no tenía una imagen tan clara de ella como de otras ciudades italianas y me encontré una ciudad cuidada, palaciega y con muchas cosas por descubrir. Si quieres ver la ciudad en imágenes te invito a visualizar mis stories de Turín.
Este artículo forma parte de la guía para viajar sola a Italia
Viajera y fundadora de #QuieroViajarSola. Desde que comencé a viajar sola en 2016 siempre tuve una inquietud: motivar a otras mujeres a viajar solas. Para ello, decidí crear este blog en 2018, en el que te cuento todos los viajes que he realizado en solitario en estos casi 8 años como viajera independiente y te doy consejos para que puedas organizar tu viaje por libre y disfrutar recorriendo el mundo en solitario.
Por qué puedes confiar en #QuieroViajarSola
En estos 8 años viajando sola por todo el mundo he recorrido muchos países y destinos de los que puedo darte consejos en base a mi experiencia. Puedo recomendarte lugares para visitar, dormir, cómo moverte, etc., y eso es lo que encontrarás en cada artículo de este blog de viajes. Complemento la información con mis redes sociales, sobre todo Instagram, donde puedes ver casi en tiempo real los lugares por los que viajo sola cada vez que estoy en una nueva aventura.
Además, este blog ha sido galardonado en varias ocasiones (entre los premios recibidos están el Premio a la Mejor Marca Personal en Viajes y Turismo en los Premios Día de Internet en 2024 y el Premio 20Blogs al Mejor Blog de Viajes en 2021) y he aparecido en numerosos medios de comunicación, tanto en España como en Latinoamérica (El País, La Sexta Noticias, ELLE Argentina, El Sol de México, Radio Marca…).
Código ético
Verás que en los posts del blog recomiendo hoteles, actividades, transportes y otros servicios y productos relacionados con viajar. Si haces clic en ellos, la web te redirigirá al sitio de cada empresa indicando que vas de mi parte y, en caso de que hagas una reserva o compra, yo me llevaré una pequeña comisión. Esto no afecta para nada al precio (es más, en algunos casos tendrás un descuento por leer mi blog), pero es importante para mi porque es la forma en la que tengo de mantener este blog y toda la comunidad en torno a #QuieroViajarSola. Son productos y servicios que yo misma utilizo en todos mis viajes, así que te los recomiendo porque los he probado, son de confianza y creo que pueden serte de utilidad a la hora de planificar tus viajes en solitario.