¿Pensando en viajar sola por el sur de Francia? Desde la costa mediterránea a la atlántica, esta zona del país es preciosa. Por eso, después de haber viajando en varias ocasiones en los últimos años a muchas de sus regiones y ciudades, he preparado este post a modo de ruta para que puedas planificar unas buenas vacaciones y disfrutar de sus paisajes y cultura.
Por qué viajar sola por el sur de Francia
Ciudades con historia, castillos, palacios, playas, parques nacionales… El sur de Francia es muy variado y cuenta con infinitos rincones que descubrir. Es una zona muy segura y mucho más tranquila que una gran ciudad como París. Allí puedes tener tus momentos a solas si es lo que deseas, así como conocer muchísima gente en ciudades llenas de planes como Toulouse o Montpellier.
Hay muchísima historia por descubrir en cada lugar y mires donde mires, ya sea ciudad o naturaleza, te parecerá precioso. No podemos olvidar que en Francia se come y bebe muy bien, y entre los souvenirs que te lleves de vuelta a casa deben estar la lavanda o los jabones de Marsella. Además, te resultará muy fácil moverte entre un lugar y otro, y es que la mayoría de ciudades y pueblos están conectados por tren y autobús.
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Destinos para conocer en el sur de Francia
La ruta que te proponemos está hecha en base a mis viajes en solitario por esta zona. He visitado todos los destinos que menciono a continuación, y es por ello que solo hablo de ellos y no de todos los que hay en el sur de Francia. Aún así, me encanta Francia así que haré todo lo posible por visitar todos aquellos lugares que aún no conozco para incluirlos en esta lista y contarte todo lo que tienen que ofrecerte :).
Burdeos
Te propongo comenzar esta ruta por el sur de Francia en Burdeos. Capital vitivinícola de Francia, no puedes irte sin hacer un tour por sus viñedos y catar algunos de sus malbecs o cabernet sauvignons en sus bodegas.
En caso de que no te guste el vino, la ciudad te encantará. Puedes comenzar a recorrerla en la Place de la Bourse, que es el símbolo de la ciudad y testimonio de la prosperidad que en el pasado tuvo la ciudad por su situación geográfica a orillas del Garona (que hasta aquí es navegable).
Todo el centro histórico posee edificios que te transportarán a aquel pasado, como la Puerta de Cailhau, y te sorprenderá la Catedral, con su campanario separado del resto del templo. Si te gusta ir de compras, apunta la Rue Sainte-Catherine.
No te pierdas mi post sobre viajar sola a Burdeos.
Toulouse
Capital de la región histórica de la Occitania, Toulouse es una de las ciudades más importantes del país y también de las más alternativas, ya que en ella viven unos 100.000 estudiantes universitarios. Así pues, la fiesta está asegurada.
La llaman la ciudad rosa por el color de sus edificios, construidos en ladrillo de la arcilla del río Garona, y donde mejor se puede ver es en su Plaza del Capitolio. Allí está el ayuntamiento, que, por cierto, se puede visitar de forma gratuita. Desde la plaza salen las principales calles de la ciudad, como la rue du Taur, con la imponente torre de la Basílica de Saint-Sernin de fondo. Ésta, la Catedral y el Convento de los Jacobinos son imprescindibles en tu visita.
Te invito a leer mi post sobre viajar sola a Toulouse.
En los alrededores de Toulouse hay muchísimos pueblos que merece la pena visitar. Uno de ellos es Carcassonne, un pueblo medieval completamente amurallado que es muy famoso y, por tanto, está siempre lleno de turistas (es muy bonito, pero está masificado). El otro es Albí, mucho menos conocido, pero también muy bonito. Destacan su Catedral (espectacular la decoración interior) y el Museo de Toulouse Lautrec, pues el artista nació en este pueblo y es un homenaje a sus obras.
Narbona
Narbona no es una ciudad especialmente conocida. Es chiquitita y por ello mucha gente solo la visita de paso (o ni eso), pero mi consejo es que te quedes un día. El centro histórico es bonito y puedes dedicar toda una mañana a visitarlo para después comer en uno de los lugares más reputados de toda Francia: Les Grands Buffets. Es el mayor buffet de Francia y destaca por su gran calidad y variedad. Más de 100 variedades de queso, marisco fresco, te preparan las carnes que desees al momento, hay decenas de postres a elegir… Es toda una institución y hasta Masterchef ha grabado aquí uno de sus programas.
En este punto de la ruta Narbona es algo así como un cruce de caminos. Aquí tienes dos opciones: ir hacia el sur (Perpiñán, Collioure, Pirineos) o ir hacia el norte (Montpellier, Marsella, Costa Azul). Si quieres seguir hasta la Costa Azul, mi consejo es que bajes primero a la zona de Perpiñán y después «retrocedas» esos kilómetros hasta Narbona para seguir tu camino. Si viajas en tren o autobús ni siquiera tendrás que bajarte; puedes ir directa desde Perpiñán hasta, por ejemplo, Montpellier.
Perpiñán
Si te decides a ir hacia Perpiñán, te van a encantar las vistas del camino. En la parte sur de Narbona se encuentra el Parque Natural de la Narbonesa y tanto si vas en tren como por carretera en algunos momentos estarás completamente rodeada del agua de sus lagunas (¡a veces hay flamencos!).
Una vez en Perpiñán, lo más destacado es el Castillet, que fue la puerta de entrada a la ciudad medieval, el Hôtel Pams, una mansión burguesa del siglo XIX preciosa, y el Palacio de los Reyes de Mallorca. Vigila Perpiñán desde el año 1200 y fue la corte del Rey de Mallorca Jaume II, cuando sus territorios se extendían en esta zona (muy disputada históricamente entre las hoy Francia y España).
No te pierdas el artículo sobre viajar sola a Perpiñán.
Algo más al sur se encuentra Collioure, que es un pueblito costero muy bonito. Además de poder ir a la playa, puedes visitar su castillo al lado del mar o subir al Fuerte de San Telmo, en la montaña, desde donde hay unas vistas increíbles. Hacia el interior, no puedes perderte el pueblo medieval de Villefranche de Conflent ni las curiosas formaciones rocosas de Les Orgues d’Ille-sur-Têt.
Montpellier
La siguiente parada de la ruta es Montpellier, hacia el norte de Narbona, y ¡es de los destinos que más te sorprenderá! Es una ciudad muy joven en espíritu, y es que es una ciudad universitaria y en la que hay mil planes por hacer.
El centro de la ciudad comprende lo que llaman el écusson (escudo) y para comenzar a recorrerlo lo mejor es ir a la Plaza de la Comedia, punto de encuentro y centro neurálgico de Montpellier. Desde allí puedes recorrer la Rue de la Loge, principal calle comercial, y llegar hasta la Catedral y la Escuela de Medicina.
Callejeando encontrarás los barrios de San Roque y Santa Ana, muy bohemios y con muchísimas terrazas y cafés, y a nivel monumental tienen incluso un Arco del Triunfo (que hace recordar a París) y un acueducto. Si la visitas en verano, la playa no está en la ciudad, pero podrás llegar en bicicleta o transporte público bastante rápido.
No te pierdas el post sobre viajar sola a Montpellier.
Marsella
Por último, Marsella, una ciudad que despierta tanto admiración como repulsa. Ha tenido siempre cierta mala fama de sucia y peligrosa, pero está haciendo verdaderos esfuerzos por cambiarlo y lo está consiguiendo. La experiencia fue muy positiva y sorprendente porque, además de no ser sucia ni peligrosa, tiene muchísimo por ver.
El Puerto Viejo es la parte más turística de la ciudad y desde allí se puede acceder directamente al MUCEM, el museo más moderno de Marsella. Parte se sitúa en el Fuerte de San Juan, uno de los antiguos castillos que defendían la ciudad, y parte en un moderno edificio que es símbolo de esa renovación.
En las inmediaciones se encuentra la Catedral, una auténtica joya. Es imprescindible entrar y detenerse a admirar con detalle los mosaicos y decoraciones. Junto con la Basílica de Notre Dame de la Garde, en lo alto de la montaña (y símbolo de la ciudad), son los dos edificios históricos más importantes a visitar (bajo mi punto de vista).
Para más información, visita el post sobre viajar sola a Marsella.
Pero más allá de ser la segunda ciudad más importante de Francia, Marsella es mar. Aquí comienza la Costa Azul y eso se nota en los paisajes. No dejes de ir a la isla del Château d’If (donde Alejandro Dumas se inspiró para escribir El conde de Montecristo), ni al Parque Nacional de Calanques, una maravilla natural para hacer senderismo y disfrutar de calas perdidas entre montañas.
Cómo moverte en una ruta por el sur de Francia
Como te adelantaba más arriba, la mejor forma para visitar el sur de Francia es moverte en transporte público. Es más barato que si alquilas un coche y también mucho más sostenible (sobre todo el tren).
Para desplazarte en tren tienes varias opciones, ya que hay trenes de alta velocidad y regionales. Los de alta velocidad (TGV) suelen ser caros aunque tienen la ventaja de que conectan las principales ciudades en muy poco tiempo. Los regionales (TER) paran en cada pueblo y son ideales para viajar lento y poder ir deteniéndote en ellos. En ocasiones tienen trayectos a 1€, y eso es algo que me encanta en un país algo caro como Francia.
Si quieres viajar entre ciudades de una forma más económica que el tren, entonces te recomiendo mirar las tarifas de Flixbus. Puedes ir desde Burdeos a Toulouse o desde Montpellier a Marsella (o cualquier otro trayecto que necesites) desde 4,99€. ¡Más económico, imposible!
Mejor época para viajar por el sur de Francia
La época en que te recomiendo viajar al sur de Francia es el verano. Es cuando hay más probabilidades de tener días soleados y con buen tiempo, además de calor si planeas disfrutar de las playas mediterráneas. Además, los días son mucho más largos y podrás aprovecharlos más para visitar lugares, y hay muchas más actividades y ambiente sobre todo al aire libre. Si quieres evitar las típicas masificaciones de agosto, entonces prueba con la primera quincena de septiembre ya que aún suele hacer buen tiempo.
En invierno, además del frío y de que anochece pronto, pueden pasarte cosas como encontrarte fuentes sin agua (las vacían para evitar que se congelen las tuberías y se rompan), o en días muy señalados, como Semana Santa, que haya demasiada gente visitando el mismo destino.
Ya ves que hay muchas cosas que visitar en el sur de Francia. ¿Te animas a hacer la ruta?
Este post pertenece a la guía para viajar sola a Francia
Viajera y fundadora de #QuieroViajarSola. Desde que comencé a viajar sola en 2016 siempre tuve una inquietud: motivar a otras mujeres a viajar solas. Para ello, decidí crear este blog en 2018, en el que te cuento todos los viajes que he realizado en solitario en estos casi 8 años como viajera independiente y te doy consejos para que puedas organizar tu viaje por libre y disfrutar recorriendo el mundo en solitario.
Por qué puedes confiar en #QuieroViajarSola
En estos 8 años viajando sola por todo el mundo he recorrido muchos países y destinos de los que puedo darte consejos en base a mi experiencia. Puedo recomendarte lugares para visitar, dormir, cómo moverte, etc., y eso es lo que encontrarás en cada artículo de este blog de viajes. Complemento la información con mis redes sociales, sobre todo Instagram, donde puedes ver casi en tiempo real los lugares por los que viajo sola cada vez que estoy en una nueva aventura.
Además, este blog ha sido galardonado en varias ocasiones (entre los premios recibidos están el Premio a la Mejor Marca Personal en Viajes y Turismo en los Premios Día de Internet en 2024 y el Premio 20Blogs al Mejor Blog de Viajes en 2021) y he aparecido en numerosos medios de comunicación, tanto en España como en Latinoamérica (El País, La Sexta Noticias, ELLE Argentina, El Sol de México, Radio Marca…).
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Hola, tengo 65 años y no quiero morir sin hacer un viaje por el sur de Francia sola, he leído tus recomendaciones y todavía lo deseo mas
Hola Marta,
Muchas gracias por tu comentario. Me alegro de que tengas esas ganas de viajar. A mi Francia me encanta y estoy segura de que a ti también cuando lo visites (porque lo harás ;)).
Un saludo.
me han encantado tus explicaciones. Gracias
Gracias a ti, Teresa.
Si vas a viajar próximamente por allí, pásalo muy bien 🙂
Saludos viajeros.