La costa atlántica tiene muchos rincones espectaculares y hoy quiero hablarte de uno de ellos. Se trata de las Islas Berlengas (Portugal), un pequeño archipiélago frente a las costas de Peniche con preciosos paisajes que merece la pena acercarse a conocer.
Desde que leí sobre las Berlengas por primera vez tenía entre ceja y ceja visitar algún día este destino. Así pues, lo hice durante mi último viaje en solitario por el país vecino en 2022, pasando tres días en Peniche. Allí, además de conocer su historia, pasear por sus playas y maravillarme con sus acantilados, pude tomar la excursión para descubrirlas.
El día que yo fui no me tocó el mejor tiempo del mundo. Estuvo nublado durante gran parte de la mañana y eso hizo que no pudiera apreciar toda la belleza de las islas hasta la última hora, cuando por suerte despejó. Con la luz del sol el paisaje cambia completamente y el océano y las rocas se vuelven una explosión de colores. ¡Prepara la cámara de fotos!
Qué son las Islas Berlengas
Las Islas Berlengas son un archipiélago ubicado frente a las costas de Peniche, en la región Centro de Portugal. Se encuentran en pleno Océano Atlántico, a unos 10 kilómetros del Cabo Carvoeiro, el punto más occidental de la pequeña península donde se sitúa la ciudad.
Lo que hace a estas islas un pequeño paraíso que merece la pena conocer son sus bonitos paisajes, con acantilados escarpados, cuevas y unas aguas cristalinas con muchísimas tonalidades de verdes y azules. Para preservar este entorno privilegiado, la Reserva Natural de las Berlengas es Reserva de la Biosfera por la UNESCO desde 2011 y el acceso de turistas está muy controlado.
Las Berlengas son el perfecto hábitat para numerosas especies animales y vegetales. Verás numerosas lagartijas, gaviotas y otras aves marinas, y también observarás que no hay árboles, sino plantas pequeñas. Muchas de ellas son raras o en peligro de extinción, de ahí que sea tan importante preservar este entorno.
No te pierdas el post donde te cuento qué ver en Peniche para no perderte nada.
Qué ver en las Islas Berlengas de Portugal
El archipiélago de las Berlengas está formado por tres islas o grupos de islas: Berlenga Grande, las Estelas y las Farilhões. De ellas, solamente Berlenga Grande está habitada y es visitable por turistas; las demás islas e islotes solo reciben la visita de los científicos del Instituto de la Conservación de la Naturaleza y de la Biodiversidad de Portugal. Así pues, cuando tomes la excursión para ir a las Islas Berlengas, ten en cuenta que solamente visitarás la isla principal.
Qué ver en Berlenga Grande
Berlenga Grande es la principal isla del archipiélago y se divide en dos zonas: Ilha Velha e Ilha Berlenga. Ambas están unidas por la parte más estrecha de la isla, una falla que da origen a dos playas (una accesible desde el puerto, la otra solo navegando). A lo largo de la isla hay varios senderos gracias a los cuales podrás llegar a visitar los principales puntos de interés.
Barrio de Pescadores
La primera parte que podrás visitar en las Islas Berlengas es el Barrio de Pescadores. Junto a él está el puerto y el principal camino para comenzar a recorrer la isla. Este barrio está compuesto por unas pocas casitas blancas que pertenecen a pescadores de Peniche, aunque no viven allí durante todo el año. De hecho, durante el invierno solo habitan la isla los fareros y los científicos.
Aunque hay indicios de que ya incluso en tiempos de los fenicios hubo barcos que pasaron por allí por los restos encontrados en el mar, lo cierto es que nunca hubo una gran población en Berlenga Grande. Por una parte, porque la isla no es muy grande; por otra, por los ataques de los piratas.
En el siglo XV se fundó un pequeño monasterio de la Orden de San Jerónimo para ayudar a las víctimas de los numerosos naufragios que se producían en estas costas, pero fue destruido por esos ataques. De él ya no queda nada, sino que en el lugar donde estaba ubicado ahora se encuentra el único restaurante de la isla, junto a las casas de los pescadores.
Fuerte de San Juan Bautista
Ya en el siglo XVII se hizo imprescindible reforzar la seguridad de las costas portuguesas, por lo que se comenzó a construir un fuerte en un islote de Berlenga Grande. El Forte de São João Batista das Berlengas resistió numerosos ataques, entre ellos, uno de una flota española compuesta por 15 barcos con la intención de conquistar el fuerte en 1666 en el marco de la Guerra de Restauración portuguesa entre España y Portugal.
Los españoles eran mucho más numerosos (500 soldados frente a una treintena), pero el fuerte resistió y causó muchas bajas a los atacantes, aunque no fue suficiente para evitar la conquista. Unos años más tarde, el fuerte volvería a manos portuguesas con el fin de la guerra. Con el paso del tiempo el fuerte sirvió como prisión (igual que la fortaleza de Peniche) hasta que cayó en desuso.
Hoy en día ha sido rehabilitado y funciona como hostel durante los meses de verano. Para acceder a él hay que tomar el sendero desde el barrio de pescadores, bajar un buen tramo de escalones esculpidos en la roca y cruzar el estrecho puente que une el fuerte con la isla. Si no te apetece quedarte a dormir, también puedes simplemente visitarlo por un euro, aunque dentro no hay mucho que ver.
Faro Duque de Braganza
Otro de los puntos de interés que ver en Berlenga Grande es el faro. Se ubica en la parte más alta de la isla y data del siglo XIX, mandado construir por la reina María II de Portugal. Esta zona de la costa portuguesa es muy transitada y tiene un gran historial de naufragios, por lo que resulta crucial en la navegación de hoy en día.
Como dato curioso, el faro funciona en gran parte gracias a la energía que proviene de los paneles solares instalados en la isla, aunque también hay un generador para días en los que no sea suficiente. Toda la isla se sustenta con esta forma de energía, en consonancia con la protección del medioambiente de la Reserva Natural.
Cuevas de Berlenga Grande
Durante la excursión a las Berlengas, y solo si el tiempo y el estado del mar lo permiten, podrás también visitar las cuevas de Berlenga Grande. Para ello se toman unas embarcaciones pequeñas en el puerto con las que es posible acceder al interior de las mismas y observar así las rocas y el color del mar.
Además de las cuevas, este paseo te permitirá también contemplar algunas rocas que, con un poco de imaginación, adquieren curiosas formas. Un ejemplo es la trompa del elefante, un pequeño arco en la parte sur de la isla que visto desde lejos parece la cabeza de este animal metiendo su trompa en el mar.
Playa Carreiro do Mosteiro
El color intenso del mar y lo cristalino de sus aguas hace que sea muy apetecible darse un baño. Debes tener en cuenta que las Berlengas no son un destino de sol y playa como tal, aunque sí hay una pequeña playa junto al puerto donde poder darte un chapuzón. Su nombre (Camino del Monasterio) recuerda aquel pequeño convento que en su día existió en la isla.
Ferry Peniche – Islas Berlengas
Llegadas a este punto seguramente te estarás preguntando cómo ir a las Islas Berlengas, así que ¡vamos a ello! Como decía al comienzo del post, este archipiélago está ubicado a unos 10 kilómetros frente a la línea costera de Peniche, así que para llegar hasta Berlenga Grande (recuerda, la única visitable) hay que tomar un barco.
El aforo de la isla está muy vigilado, puesto que es un área protegida, así que solamente es posible ir con alguna de las compañías que ofrecen tours. Todos los días salen varios barcos desde la Marina de Peniche, tanto por la mañana como por la tarde a horas concretas. La gente suele creer que es un ferry que va y viene a la isla, pero en realidad son pequeños catamaranes o lanchas rápidas las que cubren el trayecto en las horas estipuladas.
Excursiones desde Peniche a Islas Berlengas
Como te digo, solamente las empresas de tours pueden llevar pasajeros a la isla, pero hay dos modalidades. Por una parte, existen tours completos que incluyen el transporte, una pequeña visita guiada por la isla y la visita a las cuevas. Por otra, puedes elegir solamente tomar el transporte y pasar el tiempo por tu cuenta hasta la hora de vuelta.
En ambos casos la actividad dura unas 4 horas. Los barcos suelen salir a las 10:00h. de la mañana regresando a las 14:00 y volver a salir en torno a las 15:00h. para volver al puerto de Peniche a las 19:00h. El trayecto entre Peniche y la isla se hace en catamarán o en lanchas rápidas (dependiendo de la compañía, las condiciones del mar, etc.) y tarda unos 45 minutos en el primer supuesto y unos 30 en el segundo.
Aquí te dejo varias opciones para que reserves la actividad que mejor se ajuste a tus planes de viaje:
- Tour al completo (transporte, cuevas y visita guiada). Es la que hice yo.
- Tour con transporte y cuevas (visita guiada opcional)
- Solo transporte
Cancelaciones por mal tiempo
La excursión a las Islas Berlengas es muy entretenida y sin duda sus paisajes son de gran belleza, pero no siempre es posible realizarla. Durante mi visita (en el mes de mayo) me tocó mal tiempo en los tres días que estuve en Peniche, así que los barcos no salían a navegar por mala mar (todos los barcos, no solo los de los tours).
Ya había reservado con antelación uno de los tours que te he mencionado más arriba, así que me llamaron el día anterior para informarme de que no iban a poder salir. Me devolvieron el dinero y me dijeron que probase suerte otro día si planeaba estar varios días en la zona. El tiempo mejoraba para el día que me iba hacia mi siguiente destino, así que reservé para hacer el tour por la mañana, y esta vez sí pude hacerlo a excepción de la visita a las cuevas.
Había bastante oleaje aún y no era seguro adentrarse en las cuevas, así que al volver a puerto nos dijeron que nos reembolsarían la parte correspondiente a esta parte del tour. A quienes reservaron el tour en la taquilla se lo devolvieron en el momento, y a los que hicimos online nos lo devolvió la página web por la que lo contratamos unos días después en la tarjeta. Así pues, me quedé con las ganas de visitar las cuevas, pero al menos pude visitar la isla y me pareció que el servicio de las empresas de tours es muy correcto.
Dormir en las Islas Berlengas
Si te apetece quedarte a dormir una noche en Berlenga Grande puedes hacerlo y tienes 3 opciones: el hostel de la fortaleza, el hotel Pavillão Sol y Mar y un camping junto al pueblo de pescadores. Debes tener en cuenta que las plazas son muy limitadas (en el hotel por ejemplo solo hay 6 habitaciones). Por tanto, debes planificar con antelación si deseas pasar la noche en la isla. Para reservar, debes ponerte en contacto con la oficina de turismo de Peniche.
El hostel cuenta con habitaciones compartidas y espacios comunes como cocina o terraza, cuesta 10 euros la noche y hay que tener algunas cosas en cuenta, como que no tienen ropa de cama. Así pues, deberás llevar tu saco de dormir. Del mismo modo, si optas por quedarte en el camping debes llevar tu propia tienda de campaña, saco de dormir y todo lo que vayas a necesitar. El espacio para poner la tienda cuesta 8 euros por noche. Mientras, el hotel sí provee de todo lo necesario (sábanas, toallas, etc.) aunque evidentemente tiene un precio mayor, a partir de 75 euros la noche.
En caso de que no consigas plaza, no te preocupes, porque siempre te quedará la opción de visitar la isla desde Peniche de las diferentes formas que te indicaba más arriba. Allí hay muchas más opciones de alojamiento, como te cuento en mi post sobre qué ver en Peniche.
Ya ves que las Islas Berlengas de Portugal son toda una joya y que hacer la excursión (o incluso quedarse a dormir) merece mucho la pena. Si te gusta disfrutar con la naturaleza y los paisajes bonitos, estoy segura de que te encantarán tanto Peniche como este pequeño archipiélago. ¡Disfruta de la costa portuguesa!
Este post forma parte de la guía para viajar sola a Portugal
Viajera y fundadora de #QuieroViajarSola. Desde que comencé a viajar sola en 2016 siempre tuve una inquietud: motivar a otras mujeres a viajar solas. Para ello, decidí crear este blog en 2018, en el que te cuento todos los viajes que he realizado en solitario en estos casi 8 años como viajera independiente y te doy consejos para que puedas organizar tu viaje por libre y disfrutar recorriendo el mundo en solitario.
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